La Prefectura precisó que agentes especializados en la desactivación de explosivos se han trasladado hasta el ferial, aunque por el momento no se ha encontrado ningún artefacto.

La condición de Israel como país invitado al Salón del Libro de París, con motivo del 60 aniversario de la fundación de ese país, ha estado rodeada de especiales medidas de seguridad y de una fuerte polémica, después de que centenares editoriales árabes se negaran a acudir al acto.

El Salón fue inaugurado el pasado jueves por el presidente israelí, Simón Peres, quien advirtió a los que "quieren quemar libros, boicotear la sabiduría (...) y bloquear la libertad" de que "se condenan a sí mismos a ser ciegos y a perder la libertad".

Mientras en el ferial hablaba Peres, a las puertas decenas de manifestantes se congregaron para pedir "el derecho al retorno de los refugiados palestinos".