Subido en una silla, detrás de los cristales de una ventana o bien junto a la barandilla de su rellano. El exhibicionista del batín brillante acechaba a sus vecinos y aprovechaba cualquier momento para sorprenderles. Se mostraba completamente desnudo sin ningún tipo de pudor. Sólo un albornoz chispeante cubría parte de su cuerpo mientras se tocaba los genitales. Los vecinos, cansados ya de su insistente comportamiento y de los continuos encontronazos, denunciaron los hechos ante la Policía en Palma. "Toda la finca lo sabe. Hace mucho tiempo que hacía esto, unos cinco o seis años", explica una de las víctimas.

El hombre, un jubilado de unos 67 años de edad, fue juzgado ayer al mediodía en Palma por un delito de exhibicionismo y provocación sexual. La fiscal reclamó una condena de un año de prisión al mantener que el acusado se masturbaba de forma continuada al ver a sus vecinos, entre los que había niños y niñas. Por su parte, la letrada de la defensa solicitó la libre absolución de su representado al argumentar que él había declarado que no observó a ningún menor.

El sospechoso no compareció en los juzgados de Vía Alemania de Palma a pesar de haber sido citado. No obstante, la magistrada del juzgado de lo penal número 1 de Palma celebró la vista en su ausencia. Una retahíla de testigos detalló las escenas que el ´conocido´ vecino había protagonizado en su domicilio, ubicado en la calle Joan Crespí, en Palma, en incontables ocasiones. "Vivíamos en el mismo edificio. Lo veía desnudo en la ventana muchas veces. También en el rellano y en la azotea. El vivía en el cuarto piso", aclara una de las vecinas perjudicadas.

"Incluso se subía encima de una silla para que le vieran mejor. Se ponía frente a la ventana desnudo con un albornoz brillantito. Todos los vecinos le veían: los de enfrente, los de la parte de atrás. En el rellano, se colocaba bien pegadito a la barandilla para que también le vieran. Yo desde abajo le había visto masturbarse. Era asqueroso como quedaba el rellano", prosigue la vecina.

Otra moradora confirmó la versión de esta testigo y manifestó que el procesado siempre aprovechaba el momento que veía a gente en la ventana o en la terraza para mostrar sus genitales en público. "Teníamos que tener siempre las cortinas de casa cerradas porque era algo continuo. Ahora, desde la última denuncia ya ha cesado y parece que no viva nadie en su casa", apunta la ciudadana ante la sala.

Un menor, de doce años, explicó que le había visto en dos ocasiones: "Primero no le di importancia. Estaba desnudo con la bata. Otra vez le vi cuando yo desayunaba en la terraza de casa. Iba con la bata abierta, desnudo y se masturbaba. Me fui corriendo a avisar a mi padre". Una familiar del niño relató varios episodios en los que se vio sorprendida por el exhibicionista: "Una mañana salí a la terraza para ver qué tiempo hacía y, al mirar arriba, me lo encontré en su ventana con las cortinas abiertas, desnudo y tocándose. Los vecinos hablaron con él pero le daba igual".