EDUCACIÓN

Miguel Ángel Delgado: "La dislexia va siendo tratada algo mejor pero los resultados son aún insuficientes"

El fundador de la primera asociación de dislexia de España reconoce que hay miedo a esta ‘etiqueta’ pero considera fundamental que se diagnostique para poder tratarla adecuadamente

El profesor Miguel Ángel Delgado muestra la biblioteca con los libros escritos por sus alumnos.

El profesor Miguel Ángel Delgado muestra la biblioteca con los libros escritos por sus alumnos. / JESÚS DOMÍNGUEZ

Susana Fernández

"Perdona por no haberte comprendido, por mi ignorancia. Y gracias, porque gracias a ti me he dedicado a este tema". Estas son las palabras que el profesor Miguel Ángel Delgado le dijo a un antiguo alumno del colegio San Estanislao en el que detectó por primera vez unas dificultades de aprendizaje a las que no supo ponerle nombre. Ese estudiante, que hoy tiene una vida plena, tenía dislexia. Un trastorno prácticamente desconocido hace 40 años en España y que hoy sigue teniendo retos pendientes. Este domingo, 8 de octubre, se ha conmemorado el Día Internacional de la Dislexia para sensibilizar sobre esta dificultad específica del aprendizaje.

El malagueño Miguel Ángel Delgado fue uno de los primeros especialistas en dislexia en España. Maestro de Educación Primaria, en 1975 descubrió este síndrome, como él prefiere llamarlo, durante una estancia de un año en Cambridge, donde sí existía ya la Asociación Británica de Dislexia y se organizaban muchos cursos.

"Allí descubrí que lo que mi alumno tenía era dislexia y empecé a profundizar en el tema", recuerda. Para ello, a su vuelta a España fundó junto a padres y madres de niños con problemas serios de lectura, escritura y dislexia, la Asociación de Dislexia de Málaga, la primera de todo el país.

El objetivo era "conocer mejor estos problemas, ayudar a nuestros hijos, familiares, alumnos docentes y sociedad en general a actuar adecuadamente ante estas deficiencias y tratar de conducir al discente a un éxito escolar", explica Miguel Ángel Delgado.

Recuerda que en aquellos primeros años muchos negaban la existencia de este trastorno: "Había profesionales que incluso me decían que lo que yo quería era sacar dinero para clases particulares".

Hoy se ha avanzado pero sigue habiendo incluso distintas definiciones y tratamientos. Para este especialista, la dislexia es "un síndrome por el cual las personas que lo padecen tienen una gran dificultad para el dominio de las Técnicas Instrumentales Básicas de Aprendizaje (la lectura, escritura, cálculo aritmético y memoria), para la adquisición de conocimientos y la expresión oral y escrita de los mismos".

La dislexia, que no es una enfermedad, afecta a un 10% de la población escolar y aún no se dan muchos casos de detección temprana, según la experiencia de 40 años de este profesor ya jubilado.

Asegura que, aunque cada vez hay más conocimientos sobre la dislexia, más investigaciones y publicaciones, y va siendo más visualizada y mejor tratada, los resultados finales siguen siendo insuficientes. "Aún existe mucho fracaso social", dice.

Miguel Ángel lo denomina así y no ‘fracaso escolar’ porque cree que es un fracaso de toda la sociedad el que "durante 16 años de vida escolar", y con herramientas ya para detectar y tratar la dislexia, haya alumnado que no consigue ser apto para seguir sus estudios superiores.

¿Es que no ha habido tiempo ni profesionales que hayan podido resolver los problemas de estos alumnos?

"¿Es que no ha habido tiempo ni profesionales que hayan podido resolver los problemas de estos alumnos?", se pregunta.

Por ello, uno de los retos pendientes que apunta es que se cumplan los protocolos que la Administración educativa ya ha desarrollado para este tema.

Además, cree que debe darse más a conocer para que haya una detección temprana y mejores tratamientos en su momento y que los centros educativos tengan los recursos necesarios, como personal especializado y de apoyo.

En definitiva, se trata de prestar más atención a la dislexia, que lleva a muchos niños a "sufrir mucho" todavía, cuando descubren que están "fallando" y la sociedad no los comprende.

El profesor Delgado pone el ejemplo de lo que él llama ‘ceguera verbal’, cuando un menor ve una palabra pero lee otra y se piensa que es porque no se fija o no está suficientemente atento.

Prejuicios sociales y laborales

Asegura que la dislexia se tiende a ocultar "porque hay un problema a nivel social y profesional que es el miedo a la etiqueta, que parece una ofensa". Al contrario, como profesional él considera que hay que etiquetar pero para que sea como un diagnóstico y entonces se apliquen los protocolos establecidos con esos alumnos.

La dislexia no se ‘cura’, pero sí se supera cuando quien la sufre, explica este profesor, conoce sus dificultades y las va sorteando, por ejemplo dedicando más tiempo al estudio.

Algo que hay que complementar con la aplicación de los protocolos establecidos por la Administración y que contemplan medidas como que no se cuente a estos estudiantes las faltas de ortografía en los exámenes.

Destaca que la Administración va escuchando a las asociaciones de dislexia, "que tienen una labor muy importante de denunciar los fallos que hay en la enseñanza y luchan por que se apliquen los protocolos y se den facilidades a estos alumnos".

Miguel Ángel Delgado aconseja a los padres que acaban de saber que sus hijos tienen dislexia que vayan a un especialista y que acepten que tienen una dificultad de aprendizaje, pero que no tienen por qué fracasar.

Una muestra de ellos son los numerosos alumnos a los que ha ayudado durante su carrera y que hoy son economistas, médicos o psicólogos. "Para mi es un orgullo grandísimo", dice este profesor para el que lo fundamental para ayudar es "querer y conocer" a cada uno de los estudiantes.

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