PLANES DE VERANO

El chiringuito de Mallorca con una imperdible puesta de sol

Bartomeu Font

Bartomeu Font

A las once de la mañana empieza la jornada en el Chiringuito de la Costa de la Calma. A medida que pasan los minutos, mallorquines y turistas van llenando uno de los lugares con más encanto de la isla sin lujos ni pretensiones.

Aquí no hay servicio en la mesa ni se puede reservar, uno tiene que hacer la comanda en la caseta. La oferta es sencilla: pambolis, ensaladas, gazpacho y pizzas no caseras. Son unos 1.500 metros cuadrados a los que esta guingueta da servicio a diario. Por la mañana, los cruasanes son lo más demandado y mientras pasa la jornada, los mojitos pasan a ser su principal demanda. Los hacen sin alcohol, pero también preparan el clásico, el de fresa y el de tomàtiga de ramellet, muy original y en el se reivindica el producto local. Lo bautizaron con el nombre de Chirijito y nació hace unos seis años como fruto de la confusión de un camarero, Sebastián, que estaba preparando un mojito de fresa y, en un despiste, puso el tomate en vez de la fragaria. El resultado gustó tanto que es uno de los estandartes de este local.

Los pambolis, para mi gusto, son lo más destacado. El pan es del Forn de Reina Maria Cristina de Palma, y el companatge es rico. Los hay de queso de Menorca, sobrasada (de La Luna, Sóller), atún, jamón york y jamón serrano cortado a mano al momento, que es el más solicitado. De hecho, Natàlia García Salcedo, una de las responsables, confiesa que sirven unos 12 jamones a la semana. El precio por el pa amb boli es de 5,5 euros por una llesca y un ingrediente, y entre 10 y 13 euros por el de dos rebanadas de pan.

Además del servicio de bar, el Chiringuito alquila un parasol y una hamaca al precio de seis euros por pieza, pero también se puede gozar del entorno con la toalla propia. Ahora bien, este verano han estrenado una nueva zona: Relax On. Natàlia explica que la iniciativa responde a una demanda de sus parroquianos: «Continuamos sin reservar mesa ni la mayoría de las hamacas, pero a raíz de las peticiones de nuestros clientes, este año hemos inaugurado la zona de relax. Son ocho sombrillas, cada una tiene dos hamacas con una mesa y se ofrece copa de bienvenida y colchoneta, con servicio de bar incluido, por 60 euros para dos personas».

El momento cumbre es la puesta de sol. El espectacular final del día de verano reúne a gente de todas las nacionalidades para disfrutar, con respeto, de cómo el sol se acuesta detrás de sa Llobassa (Andratx), un momento único que nadie quiere perderse.

Apunts de sobretaula

Una de les guinguetes clàssiques de l’estiu del ponent de Mallorca és el Chiringuito de la Costa de la Calma (Calvià). La història d’aquest baret es remunta als anys seixanta, com a quiosc de gelats. La caseta s’ubicava a la part de dalt i aleshores l’arena hi era present. Amb el temps, l’espai va sofrir modificacions fins al punt que les esplanades s’encimentaren tot i que es deixaren parts de roca. També s’hi posaren para-sols i gandules i s’hi va instal·lar un lavabo portàtil. 

L’actual gestió es remunta a l’any 1998, amb Ernesto García Salcedo al capdavant. A poc a poc, la resta de germans hi han entrat a fer feina, com ara na Natàlia. Aquests darrers anys, hi han fet canvis per eliminar el plàstic d’un sol ús: els plats i les canyetes són de cartó, els coberts són de fusta i el tassó és reutilitzable i retornable. Tot i que falta trobar la manera de baratar l’envàs de l’oli i el vinagre per a les amanides, el Chiringuito avança per bon camí en la gestió de residus, tan important i necessària per evitar la brutor i la contaminació. Una tasca pendent de millorar a restaurants i a llars en la qual no hem d’abaixar la guàrdia i en la qual cal continuar conscienciant, com també és fonamental la conservació del paisatge i del medi ambient.

CHIRINGUITO

Carrer de les Palmeres, s/n. Costa de la Calma. Calvià

Abierto de lunes a domingo, de 11 a 23 h.

www.elchiringuito.com