Angela Merkel y Zapatero, "como en casa"

Era la mujer más poderosa del mundo, cuando tomó posesión de Mallorca en 2008 con motivo de una cumbre con Zapatero. La cancillera Angela Merkel exceptúa los veraneos en Mallorca de los gobernantes alemanes, porque prefiere el Tirol a la playa y los chillidos wagnerianos de Bayreuth a los alaridos de sus compatriotas en la Platja de Palma.

Merkel sucumbió a la capilla de Miquel Barceló en la Catedral, aunque se llevó de vuelta a Berlín una litografía de Joan Miró. En representación de los millones de turistas y residentes alemanes en la isla, sentenció que «nos sentimos muy a gusto aquí». Zapatero, el gobernante más feminista de Europa, ahondó en el sentimiento dominante de una huésped que se encontraba en Mallorca «como en casa», una pregunta interesante para plantearla a los nativos aunque no es el momento.

El emparejamiento de Merkel y Zapatero es pertinente, porque nunca perdieron unas elecciones. Ascendieron al poder al primer intento, despejaron la cima antes de sufrir una derrota. El socialista ha vuelto para ganar en solitario el 23J, y ambos merecen una palabra hoy inusual. Un respeto.

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