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Retiros: parar en un mundo acelerado

Las estancias en fincas y casas rurales para hacer yoga, meditación y actividades vinculadas a la naturaleza son una demanda en aumento debido a la covid y el estrés de la vida actual

Una sesión de yoga frente a la Serra en Tramuntana Flow. B. Ramon

«Si hicieras una foto de la cara de la gente cuando llega y otra cuando se marcha un par de días o una semana después, verías los beneficios de los retiros. Vienen con claros síntomas de estrés y se van con el rostro relajado, felices». Lo ha comprobado Ángela Fuster en Tramuntana Flow, que antes fue el hogar de sus padres en sa Cabaneta y ahora acoge estancias de bienestar personal, sobre todo de yoga. «Durante estos últimos años la vida se ha acelerado. Para mucha gente es muy complicado adaptarse a este ritmo tan rápido, que cada vez va a más. Tienen la sensación de perder el control y, de repente, llega la pandemia y deben parar obligados», destaca Ludovic Flandin, propietario de Sa Qenti, creada en una finca a las afueras de Llucmajor que estaba semiderruida y hoy ofrece retiros para conectar con la naturaleza y aprender de ella.

El propietario, Ludovic Flandin, en el bosque Miyawaki. B. Ramon

«El confinamiento fue como un tortazo, detuvo la inercia de la vida anterior y fue duro sobre todo para quienes no acostumbran a estar en calma consigo mismos», explica Fuster. «Muchos se dieron cuenta de que no estaban bien a nivel emocional, que necesitaban ayuda para lidiar con la ansiedad, la angustia; y algunos empezaron a buscar clases de yoga o sesiones de relajación, meditación, etc. por internet», añade. Flandin afirma que «cuando poco a poco hemos vuelto a la situación anterior, los que viven acelerados no quieren volver a eso y buscan momentos para poder desconectar».

Mejor si lo hacen en «un lugar alejado de sus rutinas, con sol casi todo el año y espacios abiertos y naturales», detalla la directora de Cal Reiet, Margalida Melià, sobre lo que demandan los grupos que reservan en el pequeño hotel de Santanyí. Nació como vivienda para uso privado de sus dueños y amigos. «Querían un sitio donde relajarse para recuperarse de una enfermedad y dedicarse a ellos mismos, pero tuvo tanto éxito en su entorno que decidieron crear esta alternativa vacacional».

La finca Sa Qenti, en Llucmajor, ofrece retiros de conexión con la naturaleza.

Huéspedes extranjeros

Tienen al completo la agenda de retiros en septiembre y octubre, todos de grupos internacionales, y durante el verano ofrecen clases de yoga para los huéspedes del hotel y residentes de la zona. En julio y agosto solo alojan turistas, aunque también buscan la misma filosofía de bienestar personal y comida vegetariana y vegana. «Tanto unos como otros dan más importancia a estos servicios que a los lugares que pueden visitar, porque muchas veces ni salen del establecimiento», señala Melià. En Tramuntana Flow «el tipo de visitante es extranjero y suelen ser escuelas o profesores de yoga que alquilan el espacio para un fin de semana o más tiempo, la mayoría procedentes de Europa, aunque también han venido de Canadá y EEUU», indica Fuster.

Asegura que «Mallorca se ha ido posicionando en este sector durante los últimos cinco años hasta alcanzar un buen nombre y con la pandemia la demanda se ha incrementado», por lo que cree que «se tendría que prestar más atención a este tipo de viajeros. Debemos cuidarlos bien porque tienen una concienciación muy diferente a la del turista habitual. Por supuesto, no vienen a beber ni hacer ruido, sino a descansar, pero también les gusta conocer la cultura y los productos locales, y gastan en gastronomía, artesanía y servicios vinculados al bienestar personal, como por ejemplo spas y masajes», apunta.

Una de las muchas diferencias con un alojamiento convencional es que «en los retiros todos vienen con el mismo propósito y siguen unas mismas pautas. Uno típico sería levantarse, hacer una sesión de meditación, desayunar, yoga, descansar, comer, tener un rato de tiempo libre y tal vez por la tarde más actividades, dependiendo de cada profesor», enumera antes de incidir en que «nada interrumpe la dinámica del lugar, no existen varias energías e intereses, como sucede en un hotel», completa la dueña de Tramuntana Flow.

Es extrapolable a más ámbitos, como la oferta de Sa Qenti, donde la pasada primavera crearon un bosque con el método Miyawaki y un huerto y en otoño retomarán este tipo de retiros. El propietario resalta «la importancia de la isla y su biotopo, perfecto para quienes quieren un entorno vacacional». Y explica por qué los alojamientos se encuentran principalmente en el Pla. «Los precios de las casas y fincas son más accesibles y la zona mantiene el carácter tradicional, con gente local que tiene una gran conexión con la naturaleza».

Cal Reiet está especializado en bienestar personal. CAL REIET

‘Yes to silence’, una agencia que ofrece servicios de bienestar y salud

La nueva plataforma web yestosilence.com conecta a particulares con expertos en servicios de bienestar y salud alternativos. Es una agencia que intermedia con los alojamientos hoteleros y por ahora están adheridos el Vista Sol, en Magaluf, y el hostal Pons, en Palma. La oferta inicial es yoga, reiki, masaje ayurvédico, lectura de cartas sobre el presente y reflexología, aunque su impulsor, Josep Dias, tiene previsto ir sumando más servicios a medida que el proyecto se consolide.

«La idea surgió durante el confinamiento, al pensar en lo que se podía hacer en las playas y hoteles vacíos», explica. Dias cree que este tipo de servicios seguirá creciendo porque «la gente los necesita cada vez más».

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