Continúa el goteo continuo de pateras que utilizan el canal de Balears en un intento de llegar a Europa. Ayer de madrugada se interceptó la última embarcación, que trasladaba a catorce personas, todos ellos varones, que intentaban alcanzar la costa tras superar una larga y complicada travesía. La embarcación, de pequeñas dimensiones, fue localizada navegando por la costa de Cala Figuera, en Santanyí. La patera se dirigía hacia la costa para intentar desembarcar a sus ocupantes, si bien fue localizada e interceptada antes de que pudieran bajar a tierra.

Los catorce migrantes interceptados, que mostraban síntomas de agotamiento, fueron trasladados hasta la zona de Portocolom, en el municipio de Felanitx. Allí fueron recibidos por los asistentes sanitarios, que ayudaron a los migrantes y les prestaron las primeras asistencias, además de proporcionarles alimentos.

Por otra parte, ayer también se localizó una patera sin ningún tripulante que estaba a la deriva por la zona de Sant Lluís, en Menorca. Durante toda la jornada la Guardia Civil estuvo buscando por la isla a posibles migrantes que habrían podido saltar a tierra antes de abandonar la embarcación. Sin embargo, a pesar del amplio recorrido que inspeccionó la Guardia Civil, no se localizó a nadie sospechoso. Ante esta falta de noticias, la hipótesis que manejaban ayer los investigadores es que esta barca habría sido abandonada en Mallorca y las corrientes la habrían arrastrado hasta la costa de Menorca.

La Delegación del Gobierno informó también que en la noche del pasado lunes dos individuos que habían entrado de forma irregular en la isla de Eivissa se entregaron de forma voluntaria ante la Guardia Civil. Estos dos hombres llegaron en una de las cuatro pateras que fue interceptada por la mañana y habían logrado esconderse durante unas horas después de alcanzar la costa. 

Durante los últimos días se ha disparado el número de pateras que pasan por Balears y se ha interceptado a casi 300 migrantes.