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Recogida de firmas

"Mi hijo tiene la vida destrozada por completo tras la leucemia"

Marisol González pide a la administración el 65% de discapacidad para Adrián y así afrontar los 1.000 euros anuales en medicación para las secuelas del cáncer

Marisol junto a su hijo Adrián.

Tan solo en el año 2017, hasta 3.454 personas murieron a causa de la leucemia, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica. Durante este 2019, SEOM estima que se diagnosticarán unos 6.405 casos nuevos. En el mundo, la leucemia supone el 8% del total de tumores diagnosticados, o lo que es lo mismo, 437.033 en 2018. Además, es el tipo de cáncer más frecuente en menores, aunque a Adrián, de San Baudilio de Llobregat, en Barcelona, le llegó por sorpresa en 2014, cuando ya contaba con 20 años. Ahora, con la leucemia cronificada y quimioterapia de por vida, ha saltado a la palestra de la mano de su madre, Marisol González, que pide un 65% de discapacidad para su hijo tras dos transplantes de médula y una orquiectomía -extirpación de los testículos-. Una discapacidad que todavía no han querido proporcionarle.

"A mi hijo le dijeron que tenía leucemia hace cinco años y desde entonces todo ha ido a peor", comenta González, que en última instancia ha tenido que acudir a la plataforma change.org para pedir firmas por su causa. Tras tres operaciones, el joven, ahora con 25 años, toma quimioterapia en pastillas porque su cáncer no se irá nunca, algo que le ha provocado graves secuelas físicas que le impiden mantener un trabajo. "Con el primer transplante le dieron un 5% de discapacidad, con el segundo el 33%. El problema es que tiene problemas de vista, de oído, colesterol, riesgo vascular...", señala González.

El chaval, al que le gustaría trabajar siendo el que ayuda a los discapacitados en los accesos a aeropuertos y aviones, ha intentado permanecer en más de un trabajo pero, según su madre, le ha sido imposible. "En el último, uno de limpieza, ha aguantado un solo día", asevera González, que además añade que "tuve que llevarle a urgencias". Fue entonces, a la salida del hospital, cuando decidió que tenía que alzar la voz públicamente ante lo que considera una injusticia. "Cuando salimos a la calle me dijo que quería arrancarse los ojos porque no soportaba el dolor. Me dio tanta rabia que decidí actuar", concreta.

"Invierto unos 1.000 euros al año en medicación. Es un gasto que no podemos afrontar, yo llevo cinco meses de baja porque lo estoy pasando muy mal"

Adrián, además de todo lo que conlleva de por sí la enfermedad y de las secuelas de la medicación y las intervenciones, padece lo que se denomina el virus huésped, una complicación potencialmente mortal que puede ocurrir después de un trasplante de médula ósea o de células madre. Tras sufrir un paro de todos los órganos menos el corazón, caer en coma y ser sentenciado por los médicos después del segundo transplante de médula, el joven "milagrosamente" logró salir adelante, aunque la patología se ha instalado en sus ojos. "Tiene una insuficiencia oftalmológica que hace que tenga los ojos secos, que sufra llagas... es como si le estuvieran clavando cuchillos constantemente", afirma la madre, que también hace hincapié en que "hay días que no ve bien y tiene que salir con bastón".

Así, González reclama una discapacidad acorde a los problemas de su hijo y también a sus gastos. "Invierto unos 1.000 euros al año en medicación. Es un gasto que no podemos afrontar, yo llevo cinco meses de baja porque lo estoy pasando muy mal. Mi hijo tiene la vida destrozada por completo", explica.

"Iré a los tribunales"

En su última visita a Bienestar Social, los trabajadores dejaron claro que no darían ese grado de discapacidad al chico. "Me dicen que es muy joven pero él no puede trabajar. Ya ha sido almacenero y empleado de la limpieza. En uno de los trabajos que ha tenido la propia encargada le dijo que no podía seguir así. También le dijeron que estudiara e hizo Veterinaria. Cuando empezó las prácticas abandonó porque ni se podía agachar", destaca la catalana, que reconoce que hasta hace poco tiempo lo llevaba mejor, pero que cada vez se han ido acrecentando más los síntomas y secuelas de su enfermedad.

"Hay días que me dice que está harto de vivir", asevera la madre de Adrián

Tras un intento de suicidio y desesperada por hacerse oir, algunas fundaciones están estudiando su caso para poder ayudarles y una clínica oftalmológica muy prestigiosa en Barcelona les ayuda con el problema ocular gracias a lo que llaman un 'sistema pobre de pago'. "Nos pasamos el día de médico en médico. De los ojos le sacan filamentos todas las semana. Ya no puede quedar con sus amigos y tiene prohibido el ordenador por la visión. Tampoco puede ver mucho la tele y ni qué decir practicar algún deporte", enumera. "Hay días que me dice que está harto de vivir, que vaya vida que lleva", sentencia González y reconoce que ella misma también está hundida. "Cuando nos dijeron que tenía leucemia me quise morir. Solo pensaba que por qué a nosotros".

Con 105.000 firmas recogidas a través de la web, González tiene esperanza de que su caso llegue a oídos de alguien que le preste la ayuda necesaria. Aunque ya ha pensado un plan final si las cosas no salen bien "por las buenas". "Si las firmas no hacen que alguien me escuche iré a los tribunales. Suficiente desgracia tiene Adrián ya para que esto siga así. Tengo mucha rabia".

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