Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica de cine

Ladrón y caballero

Free solo, documental nominado al Oscar este año, muestra la ¿hazaña? de Alex Honnold trepando una pared de mil metros de un tirón, a pelo, sin cuerda, con cero margen de error. En Apuntes para una película de atracos, un reciente documental español, Carlos Iglesias cuenta que un tío suyo de setenta y cuatro años fue pillado intentando hacer un butrón a una entidad financiera. The old man & the gun repasa en formato docudrama la vida, sobre todo los últimos años, de Forrest Tucker, un hombre que a los quince años comenzó a delinquir y a los sesenta y pico seguía atracando bancos, haciéndose pasar por un educado, sonriente, inofensivo abuelete.

Los tres filmes enganchan al espectador por su tema común: cómo una afición escala a vocación, profesión y culmina en adicción. Si es inocua, videojuegos, pádel, apenas tiene interés. Cuando el afectado se juega la vida o un largo periodo entre rejas el suspense está garantizado, ¿por qué es incapaz de echar el freno de mano? El filme de David Lowery desarrolla bien ese afán, cediendo sólo en limar algunas aristas del Tucker real. Aprovecha además que es la despedida, el corte de coleta de Robert Redford. Su actuación es de paseilllo, cómoda, con guiños fugaces a Dos hombres y un destino o El golpe, y conocidos subalternos, Sissy Spacek, Tom Waits, Danny Glover o el redimiente Casey Affleck, felices de acompañarle. Con una dirección correcta, una banda sonora mimada y un guión muy afinado, la película es amable sin ser ligera; evita el costumbrismo, busca la comprensión más que la compasión.

Compartir el artículo

stats