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Con Ciencia

El umbral

El umbral

Sólo los muy ignorantes o los muy aprovechados -pueden ser la misma persona, por supuesto- niegan que el calentamiento paulatino del planeta sea un hecho. En muy primer lugar porque, estando como estamos en una época interglaciar, que las temperaturas suban en promedio con del paso de los años es algo inevitable. Pero lo que se discute desde hace años es si la acción humana puede estar acelerando el proceso y la respuesta que cuenta con mayores evidencias a su favor es la afirmativa. De ahí que los gobiernos intenten ponerse de acuerdo en ciertas medidas necesarias para impedir que nuestra mano deteriore aún más la situación. Con nulos resultados, de momento, y con la amenaza de que personajes como el presidente Trump hagan que las cosas empeoren aún más.

La tendencia a no preocuparnos más que de lo inmediato hace que, incluso por parte de quienes entienden y temen lo que está sucediendo, se tomen a la ligera las consecuencias del calentamiento global. Al fin y al cabo los periodos glaciares e interglaciares se miden por centenares de miles de años. Pero surge una pregunta inquietante. ¿Y si a fuerza de seguir por el camino que vamos estuviésemos cerca de la catástrofe?

La hipótesis de que puede existir un umbral en el calentamiento que, de sobrepasarse, convierta en imposible la estabilización, siquiera a corto plazo, de las temperaturas precipitando un incremento acelerado y brutal de la tendencia hacia un clima extremo en el planeta Tierra ha sido examinada por Will Steffen, investigador del Stockholm Resilience Centre en la Universidad de Estocolmo (Suecia), y colaboradores en un artículo publicado en los Proceedings of the National Academy of Sciences.

Para ello, los autores han repasado los cambios impuestos por la acción humana en el Antropoceno „el nuevo periodo geológico caracterizado por la presencia de nuestra especie„ más allá de las variaciones graduales que se deben a la modificación de la órbita e inclinación del eje terrestre. Con esos datos en la mano, Steffen y colaboradores han realizado un modelo relativamente sencillo de la dinámica del sistema terrestre, sometida en el último millón y pico de años a las alternativas glaciar/interglaciar que caracterizan el Cuaternario Superior por medio de una pauta bastante estable. El problema consiste en que el modelo de Steffen y colaboradores indica cómo las sinusoides regulares de ese periodo anterior están deformándose a causa de la acción antrópica. Si imaginamos el planeta como un balón que rueda por un tejado con crestas y valles, podemos estar convirtiendo el valle del interglaciar actual en un agujero muy profundo del que no se pueda salir. Los autores sostienen que, para evitarlo, haría falta una transformación profunda de los valores humanos, la equidad, la conducta, las instituciones, las economías y las tecnologías. Dicho de otra forma, estamos condenados.

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