En un altillo repleto de instrumentos y esbozos, se encuentra la esencia de Gonzalo Aeneas, un ilustrador mallorquín con carácter afable y mente arrolladora. Su caso es "bastante atípico", según relata, ya que nunca se planteó vivir de la ilustración y ahora es su forma de vida. Los cómics y las series de animación le acompañaron en una infancia donde ya se dejaban ver sus inquietudes manuales. Entre el dibujo y la escultura, Aeneas creció en una familia clásica. "Nadie me dijo ¿por qué no te dedicas a esto?", recuerda. Cuando llegó al instituto dejó de dibujar y, tras dejar los estudios, empezó a trabajar en varios trabajos. "Hasta que me di cuenta que no me gustaba estar haciendo algo que no me aportaba nada. A la vez, amigos míos veían lo que iba dibujando y se sorprendían. También me animaron a estudiar ilustración", afirma. Empezó a dibujar en serio a los 24 años.

Admite que la inspiración por trabajar en la ilustración es poco romántica: "Si seguía trabajando en una tienda o una cocina o lo que fuese, y veía que con 23 años me deprimía, no quería saber qué pasaría a los 40". Hasta que se dijo a sí mismo que quería hacer algo que no le "amargase la existencia". Y ahora está al pie del cañón. "Es un trabajo duro, tienes que trabajar mucho y es muy competitivo, pero sarna con gusto no pica. A veces me paso dos días sin dormir porque tengo una entrega. Pero prefiero eso antes que ocho horas en una oficina. No podría", confiesa.

Estilo

El estilo de Aeneas es difícil de catalogar. "No sabría decirte", exclama. "He ido teniendo influencias, pero soy muy nervioso y he ido alternando", añade. Hay una línea general en el trabajo del artista: "Tengo dos estilos, el que uso para la ilustración, que es muy recargado, con mucha trama, influenciado desde el grabado de Doré a Aaron Horkey", por un lado, y "luego está el estilo de cómic, en el que al principio intentaba adaptar el estilo en la ilustración, pero me di cuenta que era ilegible e irrealizable y tardaba mucho", por el otro, a lo que añade que ahora intenta ser más inmediato. En la ilustración trabaja con rotring y siendo muy preciso. En el cómic lo hace a pincel y el estilo recuerda un poco al manga japonés influenciado por clásicos como Toriyama y algunos más modernos. "Mi ilustración es más occidental y mi cómic más oriental", concluye.

Pero toda historia tiene un inicio. "Una de las referencias que más me marcaron fue Roger Dean", reconoce. El ilustrador reconocido por ser el responsable de las portadas de Yes, Asia o Uriah Heep, fue quien en su momento le hizo soñar en querer hacer lo que hace. "Con el tiempo lo veo desde otra perspectiva, pero desde muy pequeño empecé a escuchar rock progresivo y al ver sus portadas de mundos oníricos y de ciencia ficción me fascinó".

Disciplinas

"Acepto todo lo que me proponen", asegura. "No me puedo quejar de mi situación, aunque no quiero decir que por ello esté montado en el dólar". "En mi caso haberme metido en el cómic es una cuestión de ponerme retos. Vengo de practicar artes marciales durante muchos años y me han enseñado la disciplina y romper barreras. El cómic lo tiene todo para obligarte a esforzarte y subir el listón. Es la escuela definitiva", explica el ilustrador. De lo que vive es de la ilustración. Portadas de discos, pósters de conciertos, trabajos particulares, portadas de novelas, exposiciones colectivas. También de aplicaciones en productos como camisetas, gorras, pegatinas y más. Y aunque reconoce ser poco efusivo y disfruto más del camino que de sus proyectos finalizados, destaca un proyecto especial para él: Una baraja de tarot muy personal. "Fue el proyecto final de carrera y me lo planteé como: esto es lo último que vas a hacer a tu rollo, haciendo lo que quieras, en mucho tiempo", relata. "Lo disfruté mucho y fue el punto y final de mis estudios y el inicio de mi vida profesional", concluye. Puso a la venta una tirada de cien barajas y se han vendido tres cuartos. "Tras verlo después de más de dos años, sigo estando muy orgulloso", asegura.

La pasión por la música desde pequeño también le ha llevado a expresar también su faceta artística como guitarrista de los grupos Dead Eyes Wolve y Deadwood-Tree.

Cada una de las líneas del rotring sobre el papel es una de las inquietudes de uno de los ilustradores mejor posicionados en la escena mallorquina de su generación. La ilustración de Aeneas te teletransporta a los mundos oníricos de la tinta.