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Neuronas

Neuronas

¿Existen células más importantes que otras en nuestro cuerpo? La respuesta depende de lo que entendamos por importante. Hasta las que nos pueden parecer más prescindibles, como las células epiteliales, cumplen su función para la homeostasis el mantenimiento del organismo dentro de sus parámetros habituales y suponen una barrera contra las infecciones. Pero si vamos más allá del nivel biológico para adentrarnos en el cognitivo, son las células cerebrales, las neuronas, las que integrándose en circuitos complejos nos permiten llevar a cabo los actos de pensamiento. Y es el pensamiento el que lleva de la mano las claves más profundas de lo que entendemos como el yo, la residencia última de un organismo que es consciente de serlo y puede reflexionar sobre ese hecho como lo han hecho todos los filósofos desde, al menos, Descartes.

Supone una mala suerte el que las neuronas de los mamíferos tengan muchas dificultades para regenerarse. Si bien hay que matizar la creencia popular mantenida durante mucho tiempo de que la vida adulta supone una pérdida continua de neuronas que no se pueden recuperar, resulta claro que ante episodios traumáticos enfermedades, accidentes las neuronas afectadas tienen pocas posibilidades de regeneración. Sin embargo los adelantos de las ciencias médicas han abierto un camino único para nuestra especie: el del trasplante. Somos el único simio, el único primate, el único mamífero capaz de recuperar lo perdido mediante los trasplantes, ya se trate de células, como las de la sangre, o de órganos al estilo de un hígado o un corazón. Pero ¿qué decir del cerebro y las neuronas?

A veces he sostenido que el trasplante de cerebro es imposible porque si alguna vez una técnica revolucionaria ofreciese los medios técnicos para hacerlo, en realidad lo que se estaría trasplantando es el cuerpo: el individuo combinado pensaría cómo se siente con su nuevo envoltorio. Pero trasplantar neuronas es otro asunto. ¿Cabría, por ejemplo, sustituir unas células perdidas por otras procedentes de tejido embrionario? Se creía que no, porque las experiencias existentes indicaban que las neuronas implantadas para combatir enfermedades como la de Parkinson no se integran en los circuitos corticales. Sin embargo Susanne Falkner, investigadora del Instituto de Neurobiología Max Planck de Martinsried (Alemania) y sus colaboradores han publicado en Nature los resultados de un trabajo experimental de trasplante de neuronas embrionarias en las columnas piramidales del córtex visual. El éxito de integración ha sido prometedor: en cuestión de semanas (de 4 a 8), las nuevas células establecen conexiones con las espinas dendríticas de la columna piramidal y con el tiempo llegan a ser indistinguibles entre las neuronas integrantes del circuito. Es un primer paso pero, de momento, sólo se ha logrado en animales de experimentación, en ratones.

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