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Antropoceno

Antropoceno

Los geólogos dividen la historia de nuestro planeta en diversas épocas, cuyas fronteras suelen ir asociadas a cambios gigantescos que provocaron la desaparición de numerosas especies y su sustitución por las nuevas que ocupaban los ecosistemas dejados libres. Es probable que, en términos populares, el cambio más recordado sea el de la desaparición de los dinosaurios y el auge consecuente de los mamíferos, acontecimiento evolutivo que marca el tránsito desde el Cretácico al Paleoceno y se relaciona con la probable catástrofe generada por la caída de un meteorito en lo que es hoy el Golfo de México. Se ha propuesto añadir una época más que seguiría al Holoceno, la que se tenía por la última época de todas hasta el momento. El Holoceno quedó marcado por el final de la glaciación Würm, que cerró hace poco menos de 12.000 años la sucesión de grandes procesos de enfriamiento del planeta. Vivimos ahora una época post-glacial y de ahí el calentamiento del planeta que experimentamos hasta que una nueva glaciación aparezca. Un calentamiento acelerado, ¡ay!, por el impacto que nuestra especie causa en la naturaleza, en buena parte debido a la expansión tanto demográfica como industrial que deja una huella muy visible en la Tierra. Tan visible como para que tenga sentido dar el nombre de Antropoceno (Anthropocene, en inglés) a la nueva, como acto de justicia a la hora de aatribuir al ser humano el origen de los cambios actuales.

El término 'Antropoceno' aparece en Wikipedia, indicio claro de que su uso no se reduce a la comunidad científica. La comisión internacional que publica los datos de la estratigrafía, ofreciendo la referencia de los cambios geológicos, no ha aceptado aún la nueva época pero la revista Nature ha publicado un artículo de Oscar Venter, investigador del Ecosystem Science and Management Program en la universidad de Northern British Columbia (Prince George, Canadá), y sus colaboradores que, por primera vez, evalúa de manera científica la huella dejada por los humanos en el planeta. La sospecha de que es muy grande se confirma: hasta el 57% de la superficie terrestre se ve afectada por nuestra actividad. Pero con algunas particularidades sorprendentes. Así, los autores ponen de manifiesto que en el periodo que va desde el año 1993 a 2009 la población de nuestra especie se incrementó en un 23% y la economía mundial creció hasta un 153% pero la huella humana sólo aumentó en un 9%, quizá porque gran parte del daño actual había sido causado ya de antemano por el crecimiento enorme de la industria en los países avanzados y por la deforestación debida a las prácticas agrícolas en los pueblos de menor desarrollo. Tras leer el artículo de Venter y colaboradores queda una pregunta en pie. Si todos los cambios de época suponen desapariciones masivas de especies, ¿sabemos cuáles son las que se extinguirán por nuestra culpa?

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