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Con Ciencia

El tamaño importa

El tamaño importa

Qué sucede en las sociedades de mamíferos cooperativos si hay que competir por el rango social? La cooperación es un fenómeno muy extendido en la naturaleza; el mayor grado „seres eusociales„ se da entre los insectos, los haplodiploides, en particular, como las hormigas o las abejas, pero también existe en vertebrados como los mamíferos. Con la particularidad de que si en los insectos el rango social viene fijado de forma en gran medida genética, en los mamíferos cooperadores depende de la edad y del tamaño. Lo que significa que la cooperación no existirá en absoluto cuando se trate de alcanzar la jerarquía más alta, la del individuo alfa, que proporciona ventajas de cara a la reproducción. Hay que competir para ser el más fuerte, cuestión que se resuelve alcanzando un tamaño mayor.

En un artículo publicado en la revista Nature, Elise Huchard, investigadora del Large Animal Research Group perteneciente al departamento de Zoología de la universidad de Cambridge (Reino Unido), y sus colaboradores han investigado la forma como los animales dominantes de un grupo de suricatas (Suricata suricatta) reaccionan cuando sus subordinados ganan peso, es decir, tamaño. Las suricatas son célebres en el entorno de los etólogos porque cooperan manteniendo una vigilancia permanente cuando la mayor parte del grupo se está alimentando; algunos de los animales permanecen atentos a la posible aparición de predadores y dan la alarma ante cualquier peligro. Ese comportamiento suele tomarse como ejemplo de altruismo animal aunque hay autores que han apuntado otras motivaciones: tras una alarma todo el grupo sale en estampida mientras que si el animal que ha avistado al predador huye en solitario puede atraer la atención de éste. No obstante, la conducta cooperativa de las suricatas alcanza otras tareas como alimentar a las crías o cuidar de ellas, y en este caso son los animales no dominantes los que se encargan de esos trabajos.

Huchard y sus colaboradores han sometido de forma experimental a un grupo de suricatas no dominantes (beta) a una ganancia de peso y tamaño, dándoles cantidades superiores de comida, con lo que su índice de crecimiento se aceleraba. Las suricatas cuentan tanto con hembras como con machos dominantes, aunque los machos subordinados suelen abandonar el grupo buscando convertirse en dominantes en otro lugar. Pues bien, los resultados obtenidos por los autores del experimento indican que en ambos sexos los individuos dominantes reaccionaron aumentando la ingesta para incrementar su tamaño y lograr así que la diferencia respecto de los posibles competidores permaneciese igual que antes. Algo que podría suceder también, de acuerdo con Huchard y colaboradores, en otros mamíferos como los primates. Siempre, cabría añadir, que el tamaño sea la variable que proporciona el dominio. Desde luego que entre los humanos las cosas no suceden de esa forma.

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