Nunca se tiene suficiente ropa para afontar la época de lucir tipín
No nos hemos pasado todo el año renunciado a una cerveza más, yendo al gimnasio a desgana y compartiendo postre en las cenas para no lucir ahora nuestro cuerpo serrano. Y con tanto calor y tanta ducha, y con tantos días de playa, bodas y comuniones, fiestas y verbenas, necesitamos más mudas que nunca. Por eso y porque el precio no es proporcional a la cantidad de tela de las prendas, las rebajas -tan discretas este año, se nota que se ha vendido bien- hacen falta como el pan.
Las firmas, las tallas y los mejores modelos casi nunca se rebajan
Cada año se repite la misma estampa veraniega. Potenciales consumidores que esperan a la apertura de las puertas de los grandes almacenes a la caza de una ganga. Refleja una imagen poco edificante de nosotros mismos cual cazadores al acecho de la presa. Y si eso no fuera suficiente, las prendas de firma, las tallas estándar y los modelos más bonitos casi nunca bajan de precio. Hay que olvidarse de la táctica de esperar a los descuentos porque cuando regresas tu prenda favorita ha desaparecido.