La teoría del todo. Estados Unidos (123 min.) *** Director: James Marsh. Actores: Eddie Redmayne, Felicity Jones, Harry Lloyd, David Thewliss. Cines: Rivoli, Ocimax, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor.
En la presente temporada invernal el biopic es el género de moda (Invencible, Descifrando enigma, Turner, incluso El niño). Uno de los sagrados mandamientos de la creación literaria es evitar las profesiones ´aburridas´, como científicos, arquitectos o escritores, salvo que se compense con una circunstancia personal ´atractiva´. Alan Turing era homosexual, Hawking sufre una enfermedad neuromotora y ha superado en varias décadas el pronóstico inicial de los médicos. El tema de La teoría del todo es esa paradoja: el hombre que reformuló la historia tiempo lucha por redefinir el tiempo que le queda de vida. Como su oficio se limita a ecuaciones matemáticas, la película, basada en las memorias de su primera mujer, incide en su esfuerzo de superación y en el reto que supuso para ella, amor, apoyo, renuncias. Y, en la segunda parte, el desgaste, el distanciamiento, la aparición de terceros en discordia. Se reducen al mínimo las explicaciones científicas y se ningunea, incomprensiblemente, a las familias de ambos. Transluce además un componente de morbo, contemplar la degradación del hombre.
A todo eso se le podría sacar mucha punta con un guion atrevido (v.g. La red social). No ocurre, el respeto hacia los protagonistas es máximo; falta, parafraseando una cita de mi última reseña, lanzar un plato a la cabeza del director o el guionista. Aun así, siendo justos, la película es emotiva, la puesta en escena impecable, igual de emotiva banda sonora, sobresaliente la actuación de Eddie Redmayne (Mi semana con Marilyn), que ha trabajado muy bien la degradación física y la gesticulación del científico; y notable la de Felicity Jones.
