La defensa del artista Carles Gispert reclama al Govern 12.000 por daños morales debido a la desaparición de dos esculturas adscritas a la conselleria de la plaza de la Drassana. Las piezas corresponden al primer y tercer premio de Art Jove 1997 y 1999. Gispert rememora que en 2010 presentó una solicitud formal al Govern para utilizar estas dos esculturas en la retrospectiva Feeling, touching, watching, thinking... Carles Gispert 10 anys pero no obtuvo respuesta. Tras el cambio de color político en el Ejecutivo autonómico, la dirección general de Patrimonio denunció en 2011 la desaparición de estas piezas ante la Fiscalía. El creador se personó en la causa cuando vio que se utilizaban sus esculturas extraviadas para "hacer política".

Tras la denuncia en Fiscalía, el grupo de robos del Cuerpo Nacional de Policía inició una investigación para localizar las dos piezas pero no hubo suerte. La Fiscalía archivó la causa. El caso derivó a la vía civil. Ayer el juicio quedó visto para sentencia tras la declaración de la periodista y experta en arte contemporáneo Cristina Ros como testigo aportada por la defensa de Gispert. Hace unas semanas, relata el artista, ya declaró un subinspector de policía que se mostró muy duro con la mala praxis que el Ejecutivo hace de las obras de arte.

El abogado de Gispert, Javier Garcia, explicó que reclaman 12.000 euros por daños morales al vulnerar los derechos del artista a la integridad de su obra. Así, explica que aunque el Govern sea el propietario de las piezas, los autores tienen el derecho moral de sus creaciones.

Por su parte, el abogado de la Comunidad Autónoma argumenta que el Govern también ha sido víctima de esta desaparición. Las dos obras de Carles Gispert están valoradas en más de 4.000 euros. Con el juicio visto para sentencia, ahora ambas partes quedan a la espera de la decisión del juez.