Las comidas, los regalos, el árbol, las luces... y los niños de San Ildefonso. La Lotería de Navidad es una de las tradiciones por antonomasia de las fiestas que ahora se avecinan, dejando postales de felicidad y jolgorio en todos los pueblos de España. La primera edición del Sorteo Extraordinario de Navidad se remonta a 1812, lo que la convierte por derecho propio en una de las costumbres navideñas más arraigadas del país. Tan indisociable de la Navidad es la Lotería como el anuncio que la publicita. Después de jubilar al añorado 'Calvo de la Lotería' y tras el polémico anuncio de 2013 con Montserrat Caballé, Loterías y Apuestas del Estado ha optado este año por una visión diferente. Bajo la supervisión del realizador Santiago Zannou, ganador de un Goya por El truco del manco, en esta ocasión se ha apostado por la emotividad bajo el lema "el mayor premio es compartirlo".

Manuel acude a su bar habitual y pide lo de siempre, un café. Cada año adquiere el décimo de 'el Gordo' en ese bar, pero en esta ocasión rechaza comprarlo por motivos económicos. Días después vuelve y pide el café de siempre, pero esta vez el camarero le responde que son 21 euros. El hombre se alarma. "¡21 euros por un café!", exclama. Pero hay truco. Es un euro por el café y 20 por el décimo de Lotería, que además resulta que es el premiado. El dueño del bar le ha guardado el boleto ganador.

El local donde transcurre la acción es el bar de Antonio. ¿Será una señal, un guiño del destino que adelanta que este año hay que comprar los décimos en bares llamados "Antonio"?

"Nunca se sabe", contesta Joan Gutiérrez, propiertario del bar-restaurante Ca'n Toni (c/ Costa de Santa Creu, Palma), aunque asegura que le "encantaría" dar esta alegría a sus clientes, "sobre todo porque los conoces de siempre". Y es que en Ca'n Toni llevan años jugando al 'Gordo', pero siempre de manera discreta y sin ánimo de lucrarse con la venta -otra cosa es con el sorteo-. "Compramos unas cuantas series en una administración cercana y se las vendemos al mismo precio a nuestros clientes más cercanos. No lo hacemos para ganar dinero, sino por tradición", comenta.

Algo parecido le pasa a Antònia Maria Ramon, dueña del Bar Toni de Lloseta (C/ Andrés Llabrés Feliu), que hace poco que han abierto y no se la ha querido "jugar" vendiendo Lotería. "Sólo hemos comprado una serie para nosotros y para nuestros clientes más fijos", explica.

Algunos de los parroquianos del bar de Antònia han advertido la coincidencia de nomenclaturas entre el bar ficticio y el suyo. "Es curioso, es cierto que algunos sí que han bromeado con el tema, pero tampoco demasiado", resalta esta mujer, a la que le parece que el anuncio "representa muy bien lo que es el día a día de un bar".

Otro al que le ha gustado el anuncio es a Antonio, del Bar-Restaurante Ca'n Antonio de Montuïri (Ctra. Palma-Manacor Km. 29), quien afirma que algún conocido "ha venido a pedirme que le regale algún décimo". Lamentablemente, Antonio no vende lotería en su restaurante pero eso no es impedimento para desear que el sorteo depare suerte a los bares Antonio: "Espero que sí, nunca se sabe. Yo por si acaso voy a jugar", asegura.

¿Y si pasara como en el anuncio? ¿Guardarían un boleto ganador al cliente o se lo quedarían para disfrute de sus bolsillos?

"Lo guardaría, sin duda", garantiza Antònia. En la misma onda se encuentra Antonio, quien tras pensárselo un segundo asegura que respetaría a su conocido. En cambio, Joan no se muestra tan seguro: "Antes lo guardaba pero hoy en día es mucho dinero". Se lo piensa y toma una decisión: No, no lo guardaría", dice con rotundidad, pero al poco no puede contenerse y explota a reír. Estaba bromeando. "Sí, supongo que al final lo guardaría". Si alguien pensaba que ya no queda gente con espíritu navideño, que pregunte en su bar de siempre.