Un Ttal Macbeth

Autor: William Shakespeare. Adaptación: Juan Cavestany. Dirección: Andrés Lima. Intérpretes: Carmen Machi, Javier Gutiérrez, Chema Adeva, Rulo Pardo, Rebeca Montero, Jesús Barranco y Laura Galán. Escenografía y vestuario: Beatriz San Juan. Iluminación: Valentín Álvarez.

Con Shakespeare se puede hacer (casi) cualquier cosa, porque su sustancia se impone a lo que haga falta, como ha demostrado el ciclo veraniego Jardí desolat en Can Alcover. Andrés Lima, uno de los grandes directores contemporáneos (reciente todavía su Malentès en Palma, en el centenario de Camus), ha concebido una puesta en escena espectacular, con un trabajo interpretativo de buen nivel, una estética impactante e imágenes y escenas sorprendentes y revulsivas.

Cavestany y Lima trasladan esta tremenda tragedia sobre el poder a la Xunta gallega, con lo que se preserva el toque céltico (una opción alternativa: aprovechar el paralelismo escocés-catalán; pero esa es otra historia) y se nos aportan unas pinceladas del idioma, lo que es muy de agradecer. En algunos aspectos, sin embargo, la adaptación resulta muy ardua de encajarse, porque (afortunadamente) la política actual no se dirime a estocadas; aunque la corrupción, la ambición o la traición sigan igual de vigentes que en la Edad Media, o puede que más, porque se han refinado. Desde mi punto de vista, ese trasvase complejo no beneficia a un montaje que, por lo demás, resulta impecable en muchas otras coordenadas.

Sin duda para Macbeth uno necesita un actor extraordinario, y lo es Javier Gutiérrez, y qué vamos a decir a estas alturas de Carmen Machi, que le proporciona una eficaz réplica, con el resto del reparto ajustado en sus múltiples caracterizaciones. Un trabajo fino, tanto como para merecerse el viernes las reiteradas ovaciones del público, en parte puesto en pie. Podría haber sido descomunalmente memorable.