Armonía entre los seres humanos y naturaleza se fundamentan durante la puesta en escena de Dralion, el show de Cirque du Soleil que llegará a Palma el próximo 28 de agosto y estará hasta el 6 de septiembre en el Velódromo Palma Arena. El espectáculo ya lo han visto más de once millones de personas desde que se presentó en Canadá, en 1999. Diario de Mallorca ha tenido la oportunidad de conocer desde dentro la primera parada del tour español, que tuvo lugar el pasado jueves en el Velódromo de Anoeta, San Sebastián, y descubrir la magia y los secretos de la compañía circense.

Entre bambalinas

Un total de 100 personas, de más de 10 países, se apresuraron entre bambalinas para organizar y poner en marcha la función que contó con un total de 4.000 espectadores, público que se deshizo en aplausos. Más de dos minutos y medio dando palmas al elenco de artistas internacional que conforma el espectáculo. Ensayos diarios, una buena alimentación, la constancia del entrenamiento individual y convivir en familia con profesionales de todas las partes del mundo es el día a día de los integrantes de la compañía que viaja alrededor del mundo presentando su espectáculo. Se desplazan con 19 aviones en los que transportan todo el material necesario para recrear un mundo mágico que representan durante las dos horas que dura la función. Fiel a la tradición de la compañía, Dralion juega con un escenario espectacular: una estructura gigantesca que precisa de 12 horas de montaje por parte de 25 técnicos y ochenta personas locales que levantan el enorme telón de fondo que domina el escenario. Una estructura metálica, de 18 metros de ancho y 8 metros de alto, que sugiere un templo chino futurista o la placa gigante de una armadura medieval. Según la propia compañía, en ese escenario "la característica más imponente es la pared, que ocupa todo el espacio principal sobre el que se lleva a cabo la actuación. Cubierta de placas de aluminio perforadas, la pared es resistente y elástica, aunque da la impresión de ser ligera y flexible".

Y en ese espacio los artistas saltan, vuelvan y llevan a cabo acrobacias imposibles con gran destreza y precisión. Desafían las leyes de la naturaleza. Es el Cirque du Soleil y hace real lo que parece imposible.

La representación de Dralion combina en su nombre las dos criaturas emblemáticas de la obra: la herencia del ´dragón´, símbolo de la cultura oriental, y del ´león´, emblema de la tradición de Occidente. El espectáculo, según comentan sus responsables, "es la fusión de 3.000 años de tradición de las artes acrobáticas chinas con el enfoque multidisciplinar de Cirque du Soleil". Además, se inspira en la filosofía oriental y su búsqueda incesante de la armonía entre los seres humanos y la naturaleza. En el espectáculo los cuatro elementos que rigen el orden natural adquieren forma humana. De este modo, cada elemento es representado por un color: el aire es azul, el agua es verde, el fuego es rojo y la tierra, ocre. En el mundo mágico de Dralion el hombre y la naturaleza se fusionan hasta alcanzar el equilibrio y la armonía entre la estética, los números circenses y la música en directo.

En Dralion intervienen 54 artistas, que dividen sus representaciones en 10 actos. El espectáculo, sus artistas, los ejercicios y la música que conforman el show ha ido evolucionando. Hasta 2010 se representaba en carpas, pero a partir de entonces cambió a recintos de ´arena´ como el Velódromo Palma Arena que recibirá a la compañía circense el mes que viene.

Tras más de una década de gira por el todo el mundo, el próximo 18 de enero Dralion cerrará sus puertas, pero "dará comienzo a una nueva etapa llena de ilusionantes proyectos", según afirman los propios artistas. A principios del 2015, el montaje del Cirque du Soleil dirá adiós a un ciclo de diez años de éxito.