­Bailarina. Trabaja en la compañía francesa de la prestigiosa coreógrafa Blanca Li. Con el montaje ´Robot!´, ha conquistado, entre otros escenarios, las tablas del Teatro de los Campos Elíseos. La mallorquina de 29 años ya ha colaborado con Beyoncé, Shakira o Michel Gondry

-¿Exiliada por obligación o por deseo?

-Soy exiliada por obligación profesional. Nunca había pensado en irme a vivir a París. Cuando llegué, me sorprendió hasta oír hablar francés. Lo que más extraño de Mallorca es mi familia y mi lengua.

-Su exilio es algo distinto al económico de estos momentos porque de la danza ni se vivía cuando había vacas gordas.

-Exacto. Yo normalmente tenía dos o tres trabajos: el proyecto de turno de danza, más la coctelería los fines de semana o servir cafés por la mañana. En otras épocas daba clases. Una gran cualidad de los artistas de nuestro país es la capacidad de combinar todo esto con la danza.

-¿Con qué ojos ve a España ahora?

-Con una tristeza enorme por todo lo que está pasando políticamente. Cada vez que me preguntan por mi país es como un horror. ¿Pero qué está pasando?, ¿por qué estáis retrocediendo los 25 años que habíais avanzado?

-Grandes bailarines que trabajan o han trabajado fuera a primer nivel son españoles. Tamara Rojo, José Carlos Martínez, Laura Morera, Blanca Li... ¿Por qué somos incapaces de retener talento?

-Por una parte, considero que la enseñanza en España es muy buena o al menos la que yo tuve. Así que ése no es el problema. Evidentemente podríamos mejorar infinitas cosas, como acercar la danza a los niños sin recursos. En nuestro país, creo que con el sistema que hay ahora mismo no es posible retener ni talentos ni no talentos. España no apuesta ni ha apostado nunca por la cultura. Apostó en un momento dado por el fútbol, la fiesta, el turista barato€ Cada país hace una elección. Francia apostó por la cultura y ahora tiene todo un sistema que da de comer a los artistas. Voilà! ¿Qué quieres que te diga? En España hay muy buenos bailarines porque es un país de tierra, luz, color y naturaleza. La danza siempre tiene un lado muy primitivo, terrenal, que te mantiene los pies en la tierra y creo que eso ya lo tenemos los españoles un poco de por sí. Somos como antiguos recolectores de aceitunas. Por esto mismo pienso que también hay muy buenos deportistas.

-¿Cómo consiguió llegar a Blanca Li?

-Blanca Li es mi mamá francesa. Primero quiero decir que estoy totalmente en contra de las audiciones, con todo eso de los números en los dorsales. No creo que te puedas expresar bien en una audición con 500 bailarines que no conoces de nada, un tribunal que te mira y te llama por un número, la gente que te intenta pisar, con la sensación de que todo el mundo es muy importante menos tú. Dicho esto, he de decir que fui a una audición de Blanca en Madrid. Y tuvimos un flechazo. Aún estoy dando gracias por ello. Trabajé con ella durante un año en Madrid, después me llevó a su compañía en París. Trabajar con Blanca es una maravilla. Es una mujer muy inteligente, una bestia del trabajo que supera todas las tormentas. Recomiendo a la gente que no la conoce que la googlealicen. Blanca es un caos, una locura muy bonita, pero siempre sabe llevarlo todo a buen puerto. No es por nada que hace 20 años que tiene su compañía. De mayor quiero ser como ella.

-Robot! está siendo el espectáculo del año en Francia. Han hecho todas las Navidades en el Teatro de los Campos Elíseos. ¿Está siendo un montaje tan arriesgado coreográficamente como lo describe la prensa?

-No sé si es el espectáculo del año pero está funcionando de maravilla. Tenemos gira hasta el 2015. Todo el espectáculo es arriesgado en general, es la primera vez que se hace un espectáculo de danza con robots aunque hay que decir que ellos intentan bailar y nosotros lo logramos, y hacer un espectáculo con tanta tecnología es verdaderamente complicado. Porque a ti, ¿cuántas veces se te ha colgado el ordenador? Imagínate cuántos ordenadores tenemos nosotros. La pieza es una reflexión sobre la tecnología. La sociedad nos obliga a estar enganchados a las máquinas.

-Ha hecho desfiles, videoclips, espectáculos para teatro, conciertos. ¿Es una bailarina multitarea?

-Mi especialización es la danza, llevo todo la vida especializándome en ella. De hecho mi pareja me dice que no sé hacer nada más. Que hagas diferentes estilos creo que es una virtud. No todo el mundo es capaz de pasar de un programa de tele a una pieza de teatro, de lo más underground y después al contemporáneo mas profundo. Además, he ido estudiando diversos estilos. Con 30 años puedo hacer más cosas que con 20.

-Antes de Blanca Li, estuvo de gogó en Pachá o Joy Palace. ¿Hay mucho talento en las discotecas?

-Casi ni me acuerdo de eso. Sólo recuerdo que era muy joven y que creo que mis padres, que deben estar leyendo esta entrevista, no lo sabían, y que yo era feliz. Era muy divertido.

-¿Cómo es bailar para Beyoncé? ¿Ha superado a Madonna?

-Bailar con Beyoncé es tan estimulante como muchos otros trabajos que he hecho. Tengo la suerte de hacer cosas estupendas, de vivir experiencias inolvidables, como irme a las Bahamas el 2 de enero cuando la nieve está cayendo en París a trabajar con Beyoncé, su marido y todo el equipo. Aunque son trabajos francamente duros. Cuando llegué de trabajar con ella tuve la gripe durante 5 días con 39 de fiebre. La gente no puede imaginar lo duro que puede ser este trabajo. La gente no sabe el dolor y el cansancio que somos capaces de soportar los bailarines. Beyoncé es una estrella como las otras grandes estrellas: muy correcta, muy simpática, muy profesional. Todo lo hace muy bien, pero no creo que nadie supere a Madonna.

-También ha puesto una pica en el cine, en La espuma de los días de Michel Gondry. ¿Le llaman la atención las cámaras?

-Sí, quiero hacer cine. Hacer coreografías para cine me parece muy interesante. Me encantaría que Tarantino me llamara para montarle una coreografía para su próximo nuevo filme. Michel Gondry es simplemente un sueño.

-Con este currículum, ¿cómo explica que no hubiéramos oído hablar de usted?

-Es raro:mi familia y mis amigos están hablando siempre de mí. En realidad, lo que sucede es que me paso el día bailando de derecha a izquierda. Mi padre, cuando me llama, me pregunta: "¿Ahora dónde estás?" Mi madre me dice que me paso la vida en los trenes y aviones.

-¿Volverá alguna vez a España?

-Vuelvo cada año a España. Mallorca es mi casa. A vivir supongo que sí volveré. La vida es muy rara.

-Acudió de oyente a unas conferencias de Pina Bausch. ¿Qué bailarines le han marcado?

-Evidentemente Pina. Conozco todo su trabajo. Leí la biografía de Isadora Duncan cuando tenía 14 años, y aún hoy me encanta su filosofía, su época... Tengo la suerte de vivir cerca de ella; de vez en cuando voy a ver su tumba al cementerio Père-Lachaise para que me transmita un poco de su inspiración. No hay que perder nunca las raíces.

-¿A quién le bailaría el agua, al presidente Hollande o a Rajoy?

-Lo siento, pero a Rajoy no le bailo ni una sevillana.

-¿Cuál es su proyecto de futuro?

-Tener hijos.