Si no fuera por lo de la Cienciología, he de confesar que a mí Tom Cruise me iría. Es monete, parece simpático y me podría pasear por las alfombras rojas del mundo vestida con un traje de noche maravilloso que es algo que -entre nosotros- siempre he deseado. Como mis gustos son bastante normalitos, supongo que habrá millones de mujeres por ahí que, como yo, no harían ascos a un tipo que, además de exitoso, está forrado. Sin embargo, parece que la criatura tiene problemas para encontrar una pareja adecuada hasta el punto de que sus compañeros cienciólogos -si es que se dice así- llegan a organizar castings para encontrarle una esposa. Ultimamente están aflorando mujeres que pertenecieron a la secta esta a la que tan amante parece parte del famoseo norteamericano, relatando cómo fueron reclutadas para participar en audiciones en las que se les preguntaba desde sus gustos sexuales a su opinión sobre el protagonista de Misión imposible. Como, al parecer, la iglesia de la Cienciología solía organizar castings para elegir a las más bellas y saludables seguidoras en proyectos de proselitismo de la secta, no les sorprendió en principio someterse a una audición a la que tenían que ir con un maquillaje suave y comportarse con corrección hasta que se mosquearon al ver que allí sólo había mujeres y que muchas de las preguntas aludían al actor. Después, cuando abandonaron la Cienciología, una de ellas contó que estaban buscando una nueva novia para la estrella y posteriormente otras mujeres confesaron haber participado en las mismas pruebas de selección. Aunque no creo que el actor necesite que le busquen novia, no me parece mal sistema dada la tumultuosa vida amorosa que ha trascendido de Cruise. Así se garantizan que no saldrá por piernas con las normas de la Cienciología y que todo quedará en casa.

Dado que a mí me da repelús cualquier cosa relacionada con las sectas, creo que no sería una buena candidata, pero sí me parece una idea lo del casting para encontrar compañero en caso de que el mío se busque a otra y tome las de Villadiego. ¿Requisitos? Cuatro tonterías: que sea inteligente, bondadoso, guapo, que le guste hacer masajes en la espalda, que sea rico, elegante y talentoso, simpático, culto, detallista, que sepa cocinar, que me adore, que no sea cienciólogo, que le preocupe el medioambiente, que sea solidario, que planche, que no le huelan los pies, que le encante Venecia, que sea fiel, apasionado y divertido, que me lleve el coche a pasar la ITV, que me anime a hacer locuras, que no ronque...