Polémicas entre de galeristas aparte, hoy es el gran día. Palma se transformará entre las 11.30 y las 14.30 horas en un escaparate gastrocultural en un ArtBrunch con grandes nombres como el de Lawrence Carroll, que engalana la planta noble del Casal Solleric con su retrospectiva. En In the world I live, el artista australiano de origen irlandés se convierte en un "narrador de historias" a través de los objetos que incorpora en sus creaciones. "Es una exposición muy orgánica que se ha creado como una obra única", remarca Pilar Ribal, comisaria de la muestra realizada con la colaboración de la Hugh Lane Gallery de Dublín.

El artista ha trabajado los doce espacios de la planta noble con obras de entre 1984 y 2012. "Son de diferentes épocas pero todas tienen una historia en común", explicó el artista, que ha detectado una "consistencia en sus ideas" a lo largo de estas tres décadas. Ha creado, manifiesta, una perspectiva sobre su punto de vista de la vida. Con interrogantes permanentes en la cabeza, en sus creaciones se aprecia una fascinación por los objetos cotidianos.

"Cada obra debe encontrar su lugar como yo en el mundo y los objetos en las pinturas" reflexiona. En In the world I live, Carroll propone un juego contemplativo de profundas raíces humanistas. Como si tratara de reproducir el proceso natural de envejecimiento de la materia, sus pinturas han vivido un largo proceso de transformación. "Muchos creen que busco objetos antiguos pero son telas nuevas que envejezco", aclara. Durante el recorrido, el artista se para ante dos piezas. Una titulada Homeland, en la que destacan unos zapatos con hojas y restos de tierra procedente de su Irlanda natal que ha guardado durante 30 años hasta que ha encontrado el lugar adecuado en una de sus creaciones. Junto a ésta, una especie de armario que ejerce como cajón de sastre con objetos que tenía guardados en su estudio y no encontraba la pieza perfecta para ellos. En este "cajón", guarda la almohada con restos de aceite de oliva que su padre utilizaba como "abrillantador de pelo" o unas zapatillas del pintor Robert Rauschenbert, el "Picasso Americano" a quien escribió una carta pidiéndole unos zapatos suyos.

Confesó que siente mucha afinidad con pintores como Antonio López García, que "trabaja con la materia y da vida a la materia". "Es lo que yo trato", añadió.

Carroll, que ha sido seleccionado para realizar una intervención en el pabellón de los Museos Vaticanos en la Bienal de Venecia, inaugura hoy en el Casal Solleric In the world I live, que reúne piezas inéditas del artista y otras de coleccionistas privados, alguno de ellos mallorquín.

Autoridades, artistas y comisarios presentaron ayer las exposiciones que el Casal Solleric propone en ArtBrunch. Total Resolution. 53.028 pinceladas de pintura acrílica, de Jaume Orejuela, ocupará el Espai Born. Se trata de una muestra realizada con la colaboración del Instituto Balear de la Juventud ya que el artista ha aprovechado el premio del certamen Art Jove d´Arts Visuals 2010 para producirla. Orejuela detalló que ha confeccionado una exposición multidisciplinar, que engloba pinturas, fotografías, mapas y esculturas. Admitió que percibe el espacio como "un lugar intelectual para transformarlo superponiendo mapas y configurando un espacio a través de otros espacios". La exhibición es el resultado de su viaje a Nueva York, donde en un recorrido con su bicicleta dibujó los perfiles de las islas dejando un rastro de hilo rojo por las calles de la metrópoli.

El Solleric también se abre al Born con la propuesta Box 27, una iniciativa sencilla e imaginativa que atrapará las miradas de los transeúntes durante 24 horas. El artista Juan López explicó que "se ha pretendido cegar el espacio con la palabra bling -ciego en inglés". El comisario Tolo Cañellas avanzó que esta iniciativa se prolongará durante un año y contará con la visita de seis artistas. De momento, los nombres confirmados son Theo Firmo y de Rosana Antoli.

Por otra parte, la galería SKL presentó ayer Rapporti di Rapidità de Mauro Ceolin, cuyo trabajo artístico explora las formas estéticas que produce la cultura contemporánea. El comisario Pau Waelder detalla que el artista adopta el punto de vista de un biólogo que investiga un nuevo tipo de vida, la basada en silicio que es el elemento principal de los dispositivos digitales. A través de sus 53 pinturas, el artista milanés deja constancia que "lo real" y "lo virtual" pertenecen a un todo.