Gustave Courbet pintó en 1866 L´origine du Monde, un primer plano de unos genitales de mujer, del que se entrevé un cuerpo perturbador; todo un desafío para la sociedad de la época, en la que los desnudos y las escenas eróticas sólo tenían razón de existir en representaciones mitológicas. Obstinación por el pasado, por la vida en blanco y negro es lo que siente la fotógrafa cubana Luna Tristá (La Habana, 1980). La propuesta que expone, enmarcada en el Festival Miradas de Mujeres, se centra en sus cuerpos y en reivindicar su sexualidad. Son retratos de su intimidad, dirigidos a amantes visuales y entendido en sus distintas funciones de identidad e identificación, de expresión de cualidades, incluso de plasmación de su carácter. Ese pathos que muestran termina por convertirse en una íntima impresión estética y la identificación personal por la universalidad del sentimiento ajeno, en ocasiones reprimido. Las de Tristá son fotografías que funcionan como fragmentos, como espacios violados, sugiriendo las huellas del pasado, a modo de flashes de memoria, una forma como otra de concebir el tiempo de forma discontinua a partir de lo que Walter Benjamin denominó "imágenes dialécticas". Ciertamente, glamour y decadencia; un torbellino de contradicciones y connotaciones; estas sensuales fotografías construyen la visión del género y dan cuenta del ansia de nuestra época de convertir ciertos modelos en semejanza. Los fotógrafos también han usado la cámara para espiar a otros individuos, con ello se ha desarrollado una pulsión que llamamos vouyerismo: Pierre Molinier (aclamado por André Breton en un texto de 1956), Merry Alpern, Nobuyoshi Araki, o Miroslaw Tichy. Luna Tristá me evoca también a la obra de Robert Mapplethorpe por la condición de desnudez accidental y ambigüedad sexual; a Cindy Sherman por la autobiografía visual y el nexo entre autor, vida y descripción, y a Alberto García-Álix por el realismo y el dramatismo bajo esa apariencia férrea. Como afirma Paul-Armand Gette: el erotismo no está en las imágenes, sino en lo que la gente imagina. Él, que pasó parte de su vida fotografiando bragas de mujer, haciendo homenaje al mismísimo Courbet y su "origine du monde".

Luna Tristá. Portraits

Galería La Real. Camí de La Real, 5 (Palma). Hasta el 30 de abril.