­Antonio Banderas apadrinó el pasado sábado por tercer año consecutivo el verano de Marbella. La gala Starlite, que promociona con su imagen,ha logrado recuperar los rostros conocidos y ha devuelto flashes a la ciudad que mejor los conoce y a la vez más los ansía. Una alfombra roja separaba del suelo a las estrellas que convocó el actor malagueño.

La actriz americana Daryl Hannah fue la sorpresa de la noche. Su presencia junto con el matrimonio Banderas-Griffith permitió volver a reunir, 17 años después, en una foto a los protagonistas de la película Two Much. Un filme que "obviamente" le cambió la vida, bromeó el intérprete tras recordar que durante su rodaje conoció a su actual pareja y madre de su hija, Melanie Griffith. Ella y Stella del Carmen posaron con el malagueño como una familia orgullosa y feliz, acallando los rumores de separación de la pareja.

El cantante David Bisbal, la eurovisiva Pastora Soler, el flamenco Antonio Carmona, un desaparecido Jon Secada... Actores españoles como Iván Sánchez, Natalia Sánchez, Úrsula Corberó. La todo terreno Ana Obregón. La bailaora y ex del torero Fran Rivera, Cecilia Gómez... Estaban casi todos.

Hubo modelos desfilando por aquella pasarela roja como Estefanía Luyk. Una diseñadora tan discreta como Ágatha Ruiz de la Prada llevó la estrella impresa en su ropa. No faltaron José Manuel Parada, los incombustibles Gunilla Von Bismarck y Luis Ortiz. Y se apoderó de la novedad la ganadora del concurso televisivo El Número Uno, Roko. Como presentadores de la gala, Anne Igartiburu, e Imanol Arias. Por cierto, por primera vez, los políticos no pisaron la alfombra de la Starlite.

Era la misma celebración de los últimos tres agostos pero también era distinta. De entrada el escenario ya no fue el hotel de gran lujo Villapadierna, sino una antigua cantera abandonada de Marbella, de donde salieron las piedras que forman hoy parte de Puerto Banús. La empresaria Sandra García Sanjuán ha financiado la reforma de este espacio y lo ha convertido en la principal sede de conciertos estivales, con aspiraciones de no quedarse con este sol e ir más allá del 2012.

A Eva Longoria se la ha echado de menos. Ni estaba ni se la esperaba. La versión oficial habla de problemas de agenda. Pero todo parece indicar un divorcio filantrópico entre Banderas y Longoria. La conocida actriz de la serie Mujeres Desesperadas ha sido imagen de la Starlite las dos pasadas ediciones. Ahora ya no lo es, después de que Starlite se haya convertido en una auténtica empresa.

Lo que no ha cambiado es su objetivo: recaudar dinero para quienes lo necesitan. Banderas buscaba billetes para la propia organización que ha creado, Lágrimas y Favores, que ofrece becas para estudiar en Estados Unidos. También para las organizaciones autóctonas Cudeca, que ayuda a los enfermos de cáncer y a sus familias, así como para Cáritas.

La promotora y organizadora de la Starlite, la empresaria Sandra García Sanjuán, es la abanderada del colectivo Niños en Alegría. La iniciativa, que trabaja por los niños marginados en México, ya ha construido siete colegios en el país suramericano.

Banderas auguró que esa noche se recogerían unos 160.000 euros que se repartirán entre todas las organizaciones. Su intención es que esta gala se consolide, como ya apunta a hacerlo, "para que cada vez se consiga más dinero".

No debió ser difícil conseguirlo. La organización contabilizaba a 450 comensales, un centenar más que el año pasado, que pagaron entre 800 y 1.000 euros por cenar al lado de sus ídolos. Entre los suculentos estímulos, "experiencias únicas e irrepetibles" se hallaban la invitación doble para asistir a los Oscar de Hollywood o ver un rodaje in situ del propio Banderas.