Aunque ahora reside feliz en Palma, donde quiere que crezcan y se eduquen sus hijos, Akinsola Ogundiya echa de menos su tierra, su tribu, en Nigeria. "No podría escoger dónde vivir, claro que es diferente pero todo tiene su encanto". Ayer, este ingenieron químico que ejerce en la actualidad de consultor y que escribe por afición presentó en el Club de Opinión de DIARIO de MALLORCA su segundo libro, Imprecación, un relato sobre tradición en el que se mezclan dos mundos y dos épocas diferentes.

Con traducción de Óscar Margenet Nadal, Imprecación cuenta la historia de una chica que decide investigar por qué en su familia existe una maldición desde hace más de 250 años. "Eso me permite poder recrear cómo se vive en la actualidad y cómo se hacía antes; cómo la religión ha cambiado las tradiciones y cómo la mujer ha adoptado nuevos roles", cuenta Ogundiya.

Acompañado en la mesa por Xisco Nadal, periodista de IB3, la directora de Cooperación e Inmigración, Antonia María Estarellas, y Francisca Capa Espejo, presidente de Alianza Solidaria, Akinsola Ogundiya descartó que Imprecación fuera una novela religiosa "aunque sí tiene un mensaje católico".

Tras la charla, se ofreció una degustación de platos tradicionales nigerianos, latinoamericanos y mallorquines. Tres culturas no tan alejadas, a juzgar por la historia.