Dos inmensas piezas de cuatro metros de alto y casi seis metros de ancho cubren las paredes desnudas de esta iglesia, que apenas acaba de construirse. Al fondo, en el altar, un imponente tríptico retrata algunos de los pasajes del Apocalipsis. La parroquia del Inmaculado Corazón de María ya tiene engalanado su espacio, que conforma un edificio tan blanco y sencillo que apenas parece tratarse de una iglesia. Esto ha sido posible gracias a la donación de los artistas Euphrosyne Doxiadis y Rafael Mahdavi, que junto con la Fundació Amics del Patrimoni han decidido colaborar con la iglesia y realizar esta aportación. Ayer tuvo lugar la donación, en un acto presidido por Jesús Murgui, obispo de Mallorca y en el que estuvieron presentes el rector Josep Amengual, la presidenta del Consell, María Salom, y el concejal de Cultura Fernando Gilet.

"Es un beneficio mutuo. Pues tanto para Euphrosyne como para mí significa tener la oportunidad de convertir una obra propia en permanente", explica el artista Rafael Mahdavi. "Al tratarse de piezas tan colosales, suelen ser efímeras, pues su presencia se reduce a galerías de arte o exposiciones puntuales", añade. La Paz en la Tierra I y II son sus creaciones, que cubren las paredes puras de la entrada del santuario. Mahdavi asegura que se ha sentido muy libre a la hora de decidir qué pintar, aunque reconoce que la presencia de la Virgen está presente en las dos composiciones: "A Euphrosyne sí le indicaron sobre qué querían que tratara el tríptico, pero en mi caso la obra es mucho más simbólica, más elástica".

El ´Cordero Místico´

Tanto Rafael Mahdavi como Euphrosyne comenzaron sus trabajos a finales de julio. La artista griega reconoce que una vez puesto en marcha todo el proceso, la realización de su obra, El Cordero Místico, se le hizo fácil y rápida. Se inspiró en el Cántico de los Redimidos, y confiesa que su creación le supuso algo nuevo puesto que nunca antes había pintado al cordero redentor. ¿El resultado? Más de nueve metros de tela de largo, y casi cuatro de ancho, donde el animal es representado en medio de la obra. "Ya no les molestará el sol ni bochorno alguno. Porque el Cordero que está en medio del Trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjuagará toda lágrima de sus ojos", reza el Apocalipsis. Un paraje casi paradisíaco, con abundante vegetación como palmeras, –haciendo alusión a la isla–, olivos, una fuente de la que fluye agua y que en su conjunto representa, tal y cómo explica el libro del Apocalipsis, la morada de Dios entre los hombres, donde "el Trono de Dios estará en la ciudad y los siervos le darán culto".

Mahdavi recurre a la paz en la tierra como tema de sus dos pinturas. "En ambos cuadros se perfila una línea en el horizonte que divide el paisaje, e incluso si se afina el ojo puede vislumbrarse un rostro, algo sorprendido, y también cálido y femenino", comenta. Este perfil se interpreta naturalmente como el de la Virgen, y, también está presente la idea subyacente de Gaia, la madre tierra.

¿De dónde nace la idea de vestir una iglesia? Mahdavi reconoce que fue su galerista quien le sugirió la propuesta. Joan Guaita i Esteva, además de galerista es el presidente de la Fundación Amics del Patrimoni, entidad que ha financiado las obras junto con otras donaciones particulares, sponsors y el trabajo de los propios artistas, cuyo valor estimado en el mercado rondaría lo 800. 000 euros.