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Las alegres promesas de la edición

Diana Zaforteza y David Villanueva presentaron ayer en Àgora sus próximas novedades. El sello mallorquín Alfabia ha sido reconocido como el mejor del año por los libreros catalanes

Hace unos años hubo un boom de sellos editoriales en España. Algunos les dieron poco tiempo de vida, una exhalación, pero aquellos profetas primerizos estaban tan equivocados. Algunas de estas editoriales no sólo aguantan, sino que han logrado consolidarse. Es el caso de la mallorquina Alfabia y la madrileña Demipage. Sus máximos responsables, Diana Zaforteza (Palma, 1978) y David Villanueva, respectivamente, admiten que lo más difícil de todo "es entrar en el circuito". "Cuando nadie te conoce, es complicadísimo que quieran venderte los derechos de una obra que quieres publicar. No se fían", confiesa Zaforteza de Alfabia, sello que fue reconocido el pasado mes de junio como el mejor del año por el Gremi de Llibreters de Cataluña. La mallorquina, que fue aupada en 2010 por la recuperación de Artimisia de Anna Banti, cree que en este boom de sellos hay que hacer una doble distinción. Por una parte, menciona a aquellos que se dedican a rescatar clásicos, y, por otra, a los que tratan de descubrir autores nuevos. Atendiendo a esta clasificación, Zaforteza sitúa a Alfabia en el centro – "somos eclécticos", apunta– y con muchos matices. "Apostamos por escritores noveles de aquí, como Sonia Hernández, por ejemplo, pero también recuperamos clásicos difíciles de encontrar ofreciendo siempre un plus al lector", señala. La editora pone algunos ejemplos a esto último: Artemisia estaba en una edición antigua de los años setenta, y Alfabia encargó una profunda revisión de la traducción. Asimismo, en la misma publicación de la novela ofreció un ensayo de Susan Sontag. La misma pauta siguió con el lanzamiento de Bearn. Por otra parte, "atender a los autores de nuestra generación", opina la editora, "es la obligación de un editor como agente cultural que es".

La aventura de David Villanueva en Demipage arrancó en 2003 con la publicación de la colección Viajes de media página, volúmenes muy cuidados que no acabaron de encajar en el mercado. El madrileño pronto le dio un giro al proyecto y apostó por la narrativa extranjera y la hispánica, atendiendo sobre todo a escritores comprometidos con lo que les rodea. "Me gustan los autores que salen del perfil de los cenáculos literarios", declaró el editor. El compromiso de la editorial también es con la literatura del Magreb y Oriente. Y con los jóvenes escritores, como el navarro Juan Gracia Armendáriz.

Zaforteza presentó ayer en la librería Àgora las novedades editoriales para septiembre. Tras el éxito de Sukkwan Island de David Van, mejor obra traducida del año a juicio de los Llibreters, verán la luz las cartas completas de Saul Bellow, "la biografía que no escribió", observa Zaforteza. Le seguirán Crónicas de Nueva York de Maeve Brennan, editora en los años sesenta del New Yorker que acabó desquiciada viviendo en los lavabos de la publicación. Truman Capote se inspiró en ella para crear al personaje de Holly Golightly de Desayuno en Tiffany´s. Por último, dos títulos más: Las voces del boom de Robert Saladrigas, que entre los 25 y los 35 años escribió una serie de monólogos con escritores del boom. "El mejor es el de Rulfo", sostiene la mallorquina. Y El triunfo de la muerte de Gabriele d´Annunzio, un clásico olvidado (en parte porque se alineó al fascismo de Mussolini) que vendrá acompañado por un ensayo de Henry James y Manganelli.

Por su parte, Villanueva se entusiasmó con un proyecto de correspondencia que se lanzará también en septiembre. Se trata de No se lo cuentes a nadie. Un epistolario entre diez escritoras actuales, un proyecto original y poco habitual. Le seguirá la publicación de la primera novela de Eduardo Laporte, Luz de noviembre, por la tarde. Y la de Ángela Medina, Pañales y cerveza. Demipage continuará con El libro de Monelle de Marel Schwob y Mujeres de uniforme de Tereska Torrès. Varios autores le harán en un tomo un homenaje a Raymond Queneau. La polémica y mediática Saphia Azzeddine publicará en este sello ya en 2012. Su novela es Mi padre es mujer de la limpieza.

Para los dos editores, que se consideran a sí mismos "aspirantes a tal y alegres promesas", "el lector es impredecible, pero se le puede ganar", opinan. Por eso trabajan directamente y hasta el último detalle el producto que va a parar a las librerías. Ambos están sobreviviendo a la maltrecha economía española, "nos adaptamos mejor que los grandes grupos", creen.

Lo que preocupa más en estos momentos al sector, afirman, son las devoluciones de las librerías, "que hasta ahora han hecho de banqueros de los editores", dice Villanueva. Ahora se acabó. "Devuelven mucho más lo que no venden, no quieren fondo porque luego tienen una factura más grande con los distribuidores a final de mes", apunta.

Como algunos ya aventuraron en las Converses en Formentor, las plataformas de libros digitales han sido un fracaso en España. "No te puedes descargar casi nada todavía", apunta Zaforteza. Ambos editores aguardan a que el panorama digital se defina. "Esto terminará como un Spotify o un iTunes de libros, donde todos podamos estar. Así será cuando funcione el e-book", concluyen.

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