El cineasta Luis García Berlanga, fallecido este sábado a los 89 años, luchó por vivir hasta el final y siempre pidió que se le mantuviera vivo, a pesar del dolor que pudiera sufrir en sus últimos días de vida.

"A mí no me desenganchéis de una máquina. Mientras esté vivo, me mantenéis vivo", afirmó Berlanga, en un reportaje sobre él y su familia que publica este domingo 'XLSemanal'.

Para el director valenciano, no poder apenas salir de casa no suponía un problema porque, según dijo, "un Berlanga no se aburre nunca. Le basta con su cabeza". "El dolor me jode, pero morirme me jode más", añadió.

Berlanga, quien siempre sostuvo que no creía en "ningún movimiento colectivo" y que su pensamiento no correspondía a "una generalidad", mostró en sus últimos días una preocupación por la situación política actual. "La crispación política me da mucho miedo. Y ahora hay mucha. Como en el 36. La gente no sabe lo que hace", sostuvo Berlanga, para quien "lo más importante y admirable del ser humano es la independencia".

Preguntado por sus películas, Berlanga se refería a su cine como "la historia de un fracaso" porque siempre quiso hacer otra película distinta a la que le salía. "El fracaso es un concepto consustancial a él porque cree que la vida es una continua renuncia", aclaró su hijo José Luis, que definió a su padre como "un gran curioso".

El mismo Berlanga reconoció que su vida fue la de "un señorito de provincias", que nunca sufrió penurias económicas, lo que le permitió "culturizarse". De hecho, su mujer María Jesús recordó que Berlanga no le dejó casarse de blanco porque lo consideraba "ridículo", decisión que ella achacó a "esas cosas de intelectual" que tenía su marido.

Berlanga se refirió asimismo a la situación política que se vive en España. "La crispación política me da mucho miedo. Y ahora hay mucha. Como en el 36. La gente no sabe lo que hace", asegura el cineasta fallecido.

El reportaje de ABC tuvo lugar con motivo de la participación de Luis García Berlanga en la campaña de Médicos Sin Fronteras "Pastillas contra el dolor ajeno", que trata de hacer visibles seis de las catorce enfermedades que provocan cada día la muerte de 8.000 personas en el los países pobres y tienen solución en los países avanzados.

Médicos sin Fronteras reunió a varias personalidades que protagonizan los anuncios televisivos de la campaña, entre ellos al director de cine desaparecido hoy.