No es la primera vez que la caja boba atrapa la atención del artista Marcos Vidal. Regresa al poder hipnótico de la televisión para darle una vuelta de tuerca y aprovechar para darle un mazazo a sus efectos perniciosos. Eso sí con un humor irónico que él expresa a través de sus objetos-escultura; serigrafías sobre cerámica; y grabados. Estamos ante el reclamo Pay attention que desde mañana viernes se podrá ver en la galería SKL.

Buena parte de las obras que muestra, las ha llevado a cabo y expuesto recientemente en la Insel Hombroich Foundation en Alemania, donde estuvo trabajando en los talleres para artistas.

"Pese a que están acostumbrados a algo más poético, los alemanes han respondido bien" a su arte juguetón. Vidal es adusto en el habla. "Quizá el humor me libere y saque el lado más gamberro que tengo", señala. "Mi gracia es visual", añade.

Entre los referentes clásicos y un aire muy pop se mueve el quehacer artístico de Vidal. "Me gusta el contraste entre la tecnología y el material basto", comenta. De ahí sus leños convertidos en teles casi de Pica-piedra, o su escultura banco llena de ojos escrutadores.

"La mirada, la contemplación, puede detenerse en algo hermoso pero con la televisión la belleza cede a la alienación. El espectador acaba confundido con el sofá en el que se sienta y así se convierte en un objeto más tras horas y horas de estar ahí parado", relata.