Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica de teatro

Empiecen la revolución sin mí

Conozco de primera mano el texto de La causa, ya que formé parte del jurado que le otorgó el Premi Llorenç Moyà del Ayuntamiento de Binissalem, y me felicito de que una obra galardonada se ponga en escena. Sin saber todavía, lógicamente, quién era su autor, ya me pareció una pieza extraña y desconcertante pero, al mismo tiempo, denotadora de un buen conocimiento del universo escénico. Y éste es el caso, por supuesto, dado que Joan Carles Bellviure es uno de los creadores punteros del teatro mallorquín contemporáneo. Además de persona comprometida con su tiempo, lo que encaja con su inscripción dentro de ese Manifest Drasmàtic suscrito junto a otros nombres destacados.

De modo esquemático, los protagonistas de La causa son dos hermanos cuarentones, de confusas ideas revolucionarias y partidarios de una acción directa que nunca llega a consumarse. El tercer personaje es una adolescente de buena familia, cuya entrada en sus vidas las trastoca. Todo esto se desarrolla en una sucesión frenética de breves escenas con movimientos espasmódicos intermedios, diálogos surrealistas, situaciones delirantes, un humor corrosivo y, en definitiva, una sensación de vacío nihilista. Es un espectáculo inteligente y de facturación impecable, incluso virtuosa, pero tal vez se vierte sobre el espectador sin llegar a humedecer su coraza de correoso escepticismo.

La causa constituye una magnética sucesión de hallazgos dramáticos a partir de la utilización de una escenografía mínima y supone una paliza física para sus tres excelentes intérpretes: fantásticos, una vez más, Xavi Frau y Rodo Gener, y Vicka Duran no les va a la zaga.

La causa

Teatre del mar (Palma)

***

Autor y director: Joan Carles Bellviure. Intérpretes: Vicka Duran, Xavi Frau y Rodo Gener.

Espacio escénico: Miquel Àngel Joan. Iluminación: Juanro Campos.

Compartir el artículo

stats