«Ya podéis parar», se apresuró a avisar Izaskun Larzabal, arquitecta y directora del proyecto de la reforma del nuevo Son Moix, a los operarios que estaban procediendo a la primera perforación sobre la pista de atletismo. Hacía más de un minuto que habían empezado, tiempo más que suficiente para un acto protocolario, pero demolerla era tan deseado que los asistentes disfrutaban embobados de la escena. Es un gesto simbólico, pero que llena de ilusión al mallorquinismo y a una entidad que es consciente de lo que supone adaptarse a las exigencias de la Primera División.
La trascendencia de esta remodelación del estadio, que se iniciará el 16 de mayo, justo el día después del encuentro ante el Rayo Vallecano, es enorme, de ahí que la lista de invitados a este acto inaugural, con el CEO de Negocios del Mallorca, Alfonso Díaz, como anfitrión, fuera multitudinaria. No faltaba nadie, o casi nadie porque los propietarios del Mallorca no estaban, a una cita que se inició con retraso y a la que asistieron, entre muchos otros, Francina Armengol, presidenta del Govern; Catalina Cladera, su homóloga en el Consell y José Hila, alcalde de Palma, así como también los miembros de los partidos de la oposición, tanto en Cort como a nivel autonómico. Además, el técnico bermellón, Javier Aguirre, y el director deportivo, Pablo Ortells, tampoco faltaron.
La nueva cara del estadio se construirá en cuatro fases, costará unos 20 millones de euros y el desembolso correrá a cargo del Mallorca. Este dinero procede del fondo de inversión CVC, que se ha hecho con un ocho por ciento de los derechos de televisión de LaLiga (400 millones) para los próximos cincuenta años. La intención es que todo esté finalizado en 2024 y que el aforo sea de 20.500 espectadores, el mismo que ahora, aunque con capacidad de ampliación a 25.000 sin necesidad de una nueva reforma.
«Este es un día histórico para el club. Es un gran paso para que esta siga siendo nuestra casa. Estamos orgullosos de llevar el nombre del Mallorca al mundo. Esta temporada hemos alcanzado a más de 1.800 millones de personas. Tenemos un alcance brutal y estamos orgullosos de llevar el nombre de Mallorca y Baleares a nivel internacional», apuntó Díaz, que fue el encargado de empezar el acto, presentado por Luis Seoane, del departamento de comunicación. El madrileño reconoció que esta reforma era necesaria. «Ya tocaba. Dentro de una semana se cumplen 25 años de la primera piedra que se puso en Son Moix. Ya tocaba hacer un cambio y actualizar el estadio. Es un paso adelante, es mirar al futuro y seguir creciendo con una fuerte inversión en el club y en la ciudad. Queremos mostrar que este estadio se va a convertir en una referencia para la ciudad y que cumpla con sus necesidades y la de su gente. Que tenga vida 365 días al año. Un estadio que esté a la altura de un gran club como es el Mallorca y su afición. Es una reforma que está pensada para el aficionado y que va a mejorar su experiencia», se explayó.
Además, quiso enviar un mensaje de los máximos accionistas, Robert Sarver y Andy Kohlberg. «Hablo en su nombre acerca de su indudable compromiso con este proyecto a largo plazo sin ningún tipo de condicionante, con una gran responsabilidad por lo que supone». Díaz enumeró los principales cambios que va a suponer la primera fase del proyecto y que se espera finalizar en tres meses y medio, en agosto. «La fase 1 va a contar con una cubierta nueva en Tribuna Sol, con una grada nueva que va a acercar al aficionado al terreno de juego y con diez mil nuevos asientos -6.656 espectadores se resguardarán de la lluvia-. Todo bajo el lema de la sostenibilidad. Habrá un sistema de recogida de agua de lluvias, eficiencia energética, cambio de luces LED, energía solar y, por supuesto, reciclaje», comentó.
Catalina Cladera, presidenta del Consell de Mallorca, alabó el carácter «eficiente e integrador» del proyecto: «Un nuevo estadio es bueno para la ciudad. Cuando llegas en avión a los lugares siempre te fijas en los estadios. La ciudad ganará mucho y que sea abierto y disponible para todos es una gran idea. Es bueno para la afición porque ganará en calidad y más proximidad al campo», afirmó satisfecha.
Por su parte, José Hila, alcalde de Palma, cree que con la eliminación de las pistas de atletismo y el acercamiento al terreno de juego se cumple un viejo sueño de los hinchas del Mallorca: «La afición esperaba desde hace veinticinco años que solo fuese un estadio de fútbol. Enhorabuena a la afición y al Mallorca porque va a tener un estadio moderno y sostenible. Cuando nos presentaron el proyecto nos encantó. Es de máximo nivel y ha pensado en todos los detalles», comentó. Hila, que dejó claro que es el Mallorca quién se hace cargo de toda la reforma, se congratuló por reducir los plazos de aprobación de la licencia en un «tiempo récord». «Quiero agradecer el trabajo del equipo del ayuntamiento. Hemos conseguido la licencia en un tiempo récord y la ampliación del convenio de cesión hasta 2064 para que el Mallorca, que es quien paga la reforma, pueda amortizar la inversión», destacó. «La eliminación de la pista de atletismo nunca ha sido fácil. Palma merece una pista de atletismo municipal, por eso hemos comprado unos terrenos justo aquí al lado y el proyecto va bien encaminado», aclaró.
La última en tomar la palabra fue la presidenta del Govern, Francina Armengol, que aplaudió una iniciativa «buena para todos». «Pensar en el medio plazo es una buena inversión económica y social para nuestra ciudad. Enhorabuena al Mallorca por esta apuesta decidida. Era necesario hacer un replanteamiento de este estadio. Han planteado un proyecto innovador y este estadio se convertirá en una parte abierta de la ciudad con un planteamiento arquitectónico de eficiencia energética y accesible para todos», resaltó convencida antes de recordar «la buena labor social» del club.
