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Celebración del gol de Salva Sevilla.B. Ramon

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Primera División

Real Mallorca - Cádiz: Mucho más que penaltis

Los bermellones remontan con dos penas máximas para lograr su primer triunfo en Liga dos meses después, frenar una mala dinámica de cuatro derrotas seguidas y alejarse a cinco puntos de la zona de descenso -Salva Sevilla y Muriqi, que se estrenó como goleador, fueron los autores de las dianas en un partido en el que Raíllo volvió a jugar casi seis meses después

Solo valía ganar frente al Cádiz y se logró. Adiós a las rachas infames de meses sin triunfar, corte en seco a las cuatro derrotas seguidas y colchón inflado de nuevo frente a la zona de descenso. Un premio enorme que se debe saborear y tratar con la importancia que tiene para un grupo que ha frenado su caída en picado. Era la primera de muchas finales que le esperan a los bermellones de aquí al final, y se ganó. 

El Mallorca llegó a asomarse al abismo, pero a base de buen juego, sufrimiento y la dosis de fortuna necesaria desde la sala VAR, remontó por segunda vez este curso para volver a celebrar un triunfo con los suyos cuatro meses después. Que los dos penaltis –discutibles cuanto menos– que allanaron el camino, transformados por un renacido Salva Sevilla y un faro kosovar llamado Muriqi, no maquillen que los de Luis García Plaza fueron superiores al Cádiz, al que también le tienen el golaverage ganado, y que se vio regresando de manera triunfal y se volvió a casa a dos partidos de poder salir del pozo.

Del Cerro Grande pitó penalti de Ledesma al considerar que golpeó a Ángel con la rodilla antes de tocar el balón

Un choque de 100 minutos que deja muchas fotos para el recuerdo. El regreso de Raíllo, imperial durante los noventa minutos; la insultante superioridad física de Muriqi sobre el resto, aderezada con inteligencia y buena toma de decisiones; y un público desatado que animó de principio a fin. 

Si perdía el Mallorca se quedaba en descenso. Si empataba, todo se mantenía igual. Pero si ganaba, se daba un pequeño pero importante paso en la agónica pelea por la permanencia. Ya era hora de nivelar la balanza para el Mallorca. Dos meses de su último triunfo en Liga, cuatro derrotas seguidas y la sensación de ser un equipo roto y descosido, con las ideas congeladas en el campo y endeble ante la menor adversidad. Y el inicio ante los de Sergio González pareció presagiar que la historia volvería a repetirse.

El Cádiz, pese a lo presupuesto, era quien dominaba la posesión, con el Mallorca replegado e incapaz de mantener el balón más allá de pocos segundos. Los cadistas volcaron el juego por su banda derecha, y ahí es donde nació el gol visitante. Una combinación entre Negredo y Álex, ante la complacencia de Galarreta y Salva, dejó solo en la frontal a Alcaraz, que con un disparo colocado a la escuadra hizo inútil la estirada de Rico. Los bermellones habían faltado a su cita y quedaba un mundo por remontar. 

Sin embargo, ayer era el día de finiquitar la dinámica. El gol visitante, lejos de abatirles, y ayudados un Son Moix inconmensurable, les sacó su mejor versión, combinando, presionando y sitiando el área de Ledesma, el mejor de los suyos. Muriqi, un demonio en las alturas, tenía el empate tras remachar un buen centro de Kubo, pero el argentino se hizo enorme. Este fue el inicio del asedio bermellón, que, a falta de atinar la puntería, parece acordarse de nuevo de lo que es crear ocasiones. 

Dani y Take probaron suerte, pero o a la defensa o una mala ejecución no permitían que llegara el empate. Y tuvo que ser mediante Muriqi, ese gigantón llegado de Italia que también sabe muy bien lo que hacer con el balón en los pies. Tras recibir de espaldas en el área, puso un buen centro al segundo palo, donde Oliván, a la carrera y ligeramente sujeto por Alejo, cayó al suelo. Salva Sevilla fue el encargado de transformar el penalti. 

Muriqi dio una exhibición de poderío físico, añadiéndole buenas decisiones y un gol para estrenar su cuenta

El tanto, llegado en el veinte, reinició el partido, con el Mallorca yendo a por todas y el Cádiz replegado. En ataque la superioridad mallorquinista era clara, pero en defensa se hacía patentes carencias, mitigadas en cierta manera por Raíllo, que eleva el nivel general con tan solo su presencia. Las ocasiones se sucedían una tras otra, pero no llegaba el segundo gol.  Ángel, desparecido hasta entonces, se encontró con un doble palo tras una volea desde fuera del área. 

Rico, que no pudo hacer nada en el tanto de Alcaraz, mantuvo el empate con una doble parada al filo del descanso. En la que fue una de las mejores primeras partes del curso, repleta de ocasiones, el Mallorca se iba con empate al descanso. Es algo que debe corregirse y más en Primera. 

Tras el descanso, el partido era de color bermellón. Sin embargo, el choque no dejaba de pararse a cada instante. Pérdidas de tiempo, un jugador por el suelo, un choque de cabezas… Si la idea era meterle ritmo e intensidad la tarea era muy difícil.

Del susto a la alegría

El miedo en el cuerpo lo ponía Ángel que, tras recibir un rodillazo en la cara en una salida de Ledesma, quedaba tendido en el suelo sin reaccionar. Fueron momentos de tensión en el estadio, hasta que se recuperó sin problemas. Y allí llegó la alegría inesperada y decisiva de la tarde. Del Cerro Grande, a instancias del VAR, fue a revisar la jugada. Tras varios minutos de tensión entre banquillos y nervios en la grada, señaló de nuevo el punto de penalti, al considerar que Ledesma golpeó a Ángel antes de despejar el balón. La responsabilidad recaía en Muriqi, al que Salva le cedía el testigo. Son Moix estallaba de alegría con el tanto del kosovar, que daba la sensación de haberse liberado de todo lo que arrastraba de su época en la Lazio en una celebración eufórica. 

 Restaban veinte minutos por delante y mucha tela por cortar, pero el premio era demasiado jugoso como para dejarlo ir. Los cambios comenzaron a aflorar, sentando mejor a los de Sergio, que acecharon el área bermellona pero sin llegar a crear ocasiones. 

Con los visitantes volcados, tocaba sufrir. Y de lo lindo. Raíllo a punto estuvo en el 84 de meterse el balón hacia su propia portería, siendo el palo izquierdo de Rico el salvador. Todo seguía su curso, con el descuento haciendo reír irónicamente a Luis García. Diez minutos de alargue que fueron un sufrimiento sin igual, pero todo esto y más esto lo vale la Primera División.

Ficha técnica:

REAL MALLORCA: Sergio Rico, Maffeo, Valjent, Raíllo, Oliván, Salva Sevilla (m.81, Antonio S.), Galarreta, Kubo (M. 88, Battaglia), Dani Rodríguez, Ángel (m.69, Amath) y Muriqi (m.88, Abdón).

CÁDIZ: Ledesma, Pacha Espino, Chust, Haroyán (m.90, Idrissi), Iza, Alcaraz, Álex Fernández (m.74, Luis Hernández), Salvi (m.61, Jonnson), Alejo (m.61, Sobrino), Lucas Pérez (m.90, Perea) y Negredo.

GOLES: 0-1, min. 4: Rubén Alcaraz, con un disparo desde fuera del área; 1-1, m.20: Salva Sevilla, de penalti de Alejo sobre Oliván; 2-1, m.65: Muriqi, de penalti de Ledesma sobre Ángel.

ÁRBITRO: Del Cerro Grande (C. Madrileño).

TA: Amonestó a Galarreta (min. 68), Amath (min. 76), Iza (min. 58), Ledesma (min. 63) Lucas Pérez (min. 65) y Chust (min. 84).

ESTADIO: Visit Mallorca Estadi (13.226 espectadores)

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