Cuando Ocampos batió a Reina estableciendo el 1-2 en el marcador, el mallorquinismo entero se hundió en sus asientos, ya fuera en el estadio o en su casa. No podía ser. Otra vez no. El ‘fantasma’ de Anoeta y Mestalla aparecía esta vez en Palma para truncar otro resultado en el tiempo de prolongación del partido.
Pero apareció el VAR. Ese que tantas polémicas ha ido sumando a lo largo de su ejercicio por su mala aplicación (esto es opinión, no información) y salvó al Mallorca y al mallorquinismo entero que decía antes.
Una mano en la acción previa al remate a gol provocó la anulación del gol de Ocampos y aquí paz y después gloria. Este fútbol es así, para lo bueno y para lo malo, porque a poco que te despistes, al partido siguiente te puede pasar lo mismo, pero en sentido inverso.
Dicho esto, los bermellones hicieron un partidazo, sometieron al Sevilla y, sin embargo, solo bastó para empatar. Porque los equipos como el Sevilla juegan mal pero cualquiera te la lía como hizo Lamela con un golazo.
Dos puntos ante Real Sociedad, Valencia y Sevilla, que pudieron ser más. Ahora llega un tramo que determinará adónde va este Mallorca. El cartel: Cádiz, Elche, Rayo Vallecano y Getafe. Se admiten apuestas.