La venta de Ante Budimir a Osasuna por 8 millones de euros se ha convertido en el séptimo traspaso más caro en la historia del Real Mallorca. El negocio ha sido redondo. El equipo se ha desprendido de un jugador que no tenía intención de vestir nunca más la elástica bermellona y, a cambio, se ha embolsado una suculenta cifra de dinero que servirá a la secretaría técnica para cerrar la llegada de varios refuerzos de cara a la próxima temporada.
El traspaso del futbolista croata es además la operación que más beneficios ha reportado al club en la última década. La venta de Samuel Eto’o al Barça por 27 millones de euros en la temporada 2004/05 sigue liderando un listado al que se acerca el traspaso de Diego Tristán al Deportivo de la Coruña (17,75 millones), el de Albert Luque (15 millones), también al conjunto gallego, o el de Dani García a club blaugrana por la misma cantidad.
El top-5 lo cierra, a día de hoy, Dani Güiza, quien fue vendido al Fenerbache por 14 millones en la temporada 2008/09. Por delante de Ante Budimir, se encuentra la operación que el Mallorca cerró por Lauren al Arsenal (10,7) y la de Jonathan de Guzmán con el Villarreal, por 8 millones de euros.
Para poner en contexto el negocio que ha cerrado el Mallorca, cabe señalar que Budimir es el fichaje más caro en la historia de Osasuna. Hasta la fecha, la mayor cantidad pagada por el club rojillo era de 3,5 millones, los que abonó por Dady y Rubén García.
El Mallorca, además, se ha guardado un as bajo la manga en la operación Budimir. En caso de un futuro traspaso, la entidad mallorquinista se reserva un 25% en la plusvalía de la venta del jugador. Así, según el acuerdo, Osasuna deberá abonar al Mallorca un cuarto de la cantidad que supere los 8 millones de euros en una futura venta.
Los navarros han fijado la actual cláusula del jugador en 20 millones, por lo que si algún club abona esa cantidad para hacerse con los servicios del delantero croata, el Mallorca recibirá tres millones de euros por la operación -un cuarto de la plusvalía que en este caso asciende a 12 millones-.
El espigado futbolista de Zenica aterrizó en la isla en enero de 2019. Tras sellar el ascenso a Primera, la entidad mallorquinista decidió hacer efectiva la opción de compra que tenía sobre el jugador y abonó 2,2 millones a su club de origen, el Crotone. Durante un año, Budimir se convirtió en una de las piezas indiscutibles del equipo en Primera División, pero sus trece tantos con la elástica mallorquinista no pudieron evitar el descenso del equipo a Segunda.
El pasado verano, el croata se declaró en rebeldía y se negó a jugar con el Mallorca en la categoría de plata, lo que provocó que la dirección deportiva del club le buscara una salida en el último día del mercado estival. La entidad bermellona recibió 270.000 euros por la cesión del jugador a Osasuna y además se ahorró la ficha más alta del equipo (1.5 millones), a cambio también se hizo con los servicios de Marc Cardona, en forma de préstamo.
Es cierto que el gol se vende caro en Primera División y que Budimir había sido uno de los pocos futbolistas que había superado la decena de goles en la máxima categoría del fútbol español durante el presente curso, sin embargo la relación entre el club y el delantero estaba muy deteriorada desde que el pasado verano se negara a jugar con el Mallorca. El futbolista ya había expresado en numerosas ocasiones que su intención era seguir en Osasuna y que el traspaso del jugador se haya cerrado tan pronto beneficia a un Pablo Ortells que desde ahora cuenta con un gran margen de maniobra para fichar.
