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Gol de Abdón Prats

Pasado, presente y futuro | Por Antoni Ruiz

El próximo 15 de agosto, 392 días después, por aquello de que la pandemia obligó a cambiar los calendarios tradicionales, el Mallorca volverá jugar un partido de Primera tras protagonizar su noveno ascenso a la máxima categoría. Otra página a recordar, una más de la historia de este club centenario con pasado, presente y futuro.

Pasado.- El Mallorca ha sido demasiadas veces lo que se llama un club ascensor. De hecho, está a punto de convertirse en uno de los pocos equipos que no juega dos años consecutivos en la misma categoría durante seis años. Ha vivido once ascensos, nueve a Primera, y el deseo del aficionado rojillo es que este sea el último. No porque no quiera disfrutar de momentos así, que se celebran igual o más que los títulos, sino porque su oculta ilusión es que el club se consolide de una vez entre los más grandes y no haya otro descenso. La historia nos muestra que al Mallorca le cuesta perpetuarse en la máxima categoría, si exceptuamos la penúltima vez que ello ocurrió, en la que se encadenaron 16 temporadas. Fue sin duda el periodo más brillante de la trayectoria del club, que llegó a ganar dos títulos y a clasificarse para competiciones europeas. Lo habitual, lo que se querrá evitar, es que este ascenso que hoy se vive sea flor de una temporada, cosa que ha ocurrido otras tres veces, la última hace apenas poco más de un año. Dos periodos de tres temporadas y uno de dos completan el palmarés. Para ello hay que partir de este brillante presente y poner los mimbres del futuro.

Presente. El equipo de García Plaza ha completado, para lograr el ascenso directo, una trayectoria brillante en Segunda, con unos números que están al alcance de pocos. Se demostrará con el paso del tiempo.

El técnico madrileño ha sabido sacarle todo el jugo al legado que le dejó Vicente Moreno, mejorándolo en demarcaciones clave con hombres como Brian Oliván, Ruiz de Galarreta, Antonio Sánchez o Amath. Tener un bloque conjuntado, con hambre de volver a la categoría perdida, era una ventaja. Subir de forma inmediata tras un descenso de categoría lo ha sido. Contar con uno de los presupuestos que permitían un alto límite salarial era una pequeña ventaja, veremos si no ocurre lo contrario el próximo año en Primera. La única nota negra ha sido que la afición no ha podido disfrutar en directo hasta el pasado domingo de las evoluciones del equipo. Un paso por Segunda corto, pero en pantalla de plasma.

Futuro. Se cuenta con una masa social fiel, que ha demostrado que está con el equipo y no solo en los momentos de gloria sino también los difíciles. Robert Sarver y su grupo, propietarios del club, han demostrado tener paciencia con el proyecto y ni siquiera un descenso al infierno de la Segunda B les desanimó. Apostaron por un proyecto a largo plazo y, pese al contratiempo que supuso la inesperada espantada de Vicente Moreno, el tiempo y la pelota les ha dado la razón. El primer acierto del máximo accionista fue la contratación de Pablo Ortells para hacerse cargo de la dirección deportiva. Él fue quien finalmente tomó la difícil decisión de buscar el sustituto en el banquillo con un casting en el que también estuvo Iraola. García Plaza se ha ganado a la afición, pero lo ha hecho a base de trabajo y de resultados, que han mejorado a los que dejó Moreno cuando tuvo esta plantilla. No hay que olvidar que el ahora técnico del Espanyol solo pudo ascender al Mallorca después de una promoción de infarto. Quien quiera puede, al margen de emociones, filias y fobias, comparar las puntuaciones de los dos equipos y las sensaciones que deja. El madrileño atesora, a diferencia de Moreno cuando lo hizo con el Mallorca, una notable experiencia en los banquillos de Primera y con equipos que salen a principio de temporada a salvar la categoría, como eran el Levante o el Getafe. Lo logró las cuatro temporadas que comandó esos proyectos. Solo en el Villarreal no pudo demostrarlo porque perdieron la paciencia con excesiva rapidez, solo seis partidos le dieron.

Se parte de una plantilla con hasta 14 jugadores que van a repetir la experiencia de jugar en Primera de hace solo dos años. Los Reina, Sastre, Raíllo, Gámez, Valjent, Salva, Baba, Febas, Sedlar, Dani, Lago, Abdón, y algunos de los nuevos, son los héroes del momento. Pero que nadie se engañe, para que esa socorrida frase del buen aficionado mallorquinista, “el Mallorca es un club de Primera”, sea una verdad incuestionable se han de sumar otros nombres, que hagan que este equipo dé un salto de calidad para competir en una Liga que no admite errores. Del acierto que tenga quien pueda decidirlo dependerá que el futuro sea brillante. El trabajo ha de empezar desde hoy.

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