El entrenador del Sporting, David Gallego, apeló ayer al partido de la primera vuelta en Mallorca, que se saldó con un empate a cero, como demostración de que su equipo puede competir con el líder y, aunque está seguro de que esta vez «será diferente», ese encuentro «puede servir de orientación». «El Mallorca no ha perdido ningún partido fuera de casa y además le han venido muchas cosas de cara, por calidad y momentos puntuales que siempre le han sonreído», recordó Gallego, que espera poder ser «el equipo que les rompa esa racha».

Para el técnico rojiblanco, el Mallorca «es el mejor de Segunda, así lo dice la clasificación, lleva 60 puntos que es una burrada, 19 porterías a 0, ha encajado 4 goles fuera de casa y no han perdido». Una de las dudas para este partido será saber si Gallego vuelve a contar con Djurdjevic, aunque no entrenara hasta ayer con el grupo o mantiene a Pablo Pérez, quien sustituyó al montenegrino en Ponferrada, donde no pudo jugar por sanción. Según Gallego, «Pablo Pérez tiene opciones de jugar, como cada semana, ha entrenado muy duro y contra la Ponferradina ayudó mucho al equipo», pero también señaló que a Djurdjevic le ha venido hasta bien el descanso dado que lleva mucha carga de minutos «y si no juega la causa no será que no pudo entrenar con el grupo esta semana».

El técnico admitió que Djurdjevic había hablado con él antes de aceptar cambiar de nacionalidad -la serbia por la montenegrina- y que él «analiza y decide», pero que también ha dejado muy claro que si le llaman a la selección iba a ir, «como lo hace cualquier otro jugador internacional».

Una tercera opción para la delantera es Víctor Campuzano, al que Gallego considera que «está totalmente adaptado y cada semana mejor». Gallego defendió «a muerte» a Mariño y Pedro Díaz, cuyos errores le costaron la victoria al Sporting en Ponferrada, «cosas que suceden pero a nivel general hicieron un buen partido».

Después de que a lo largo de la semana varios jugadores expresaran su malestar por algunos de los arbitrajes de esta temporada, el técnico indicó que «son libres de opinar», pero que él no lo iba a hacer «porque son decisiones complicadas», aunque matizó que lo que de verdad le sorprenden «son las decisiones que toman los que miran el monitor tranquilamente». «No nos queda otra que seguir, si llorando recupero los puntos pues lloraría, pero no es así, lo que me queda es preparar el siguiente partido», zanjó.