Es inexplicable lo que le sucede este año a Baba. Dentro de una actuación coral muy floja de todo el equipo en todos los aspectos, el pivote bermellón destacó por encima del resto. Más allá de la lesión que le mantuvo apartado bastante tiempo, el ghanés es una sombra del jugador que fue. Si antes llegaba a todos los balones, ahora es superado en cada acción. Con el balón estuvo excesivamente errático y en la segunda parte, cuando más necesitaba el equipo manejar el esférico, apenas aportó. El centro del campo no existió y ahí Las Palmas encontró un jardín. Baba, muy nervioso todo el partido, debe dar un giro total en su juego o seguirá a la sombra de Galarreta.
