No sirvió de nada que Take Kubo y Febas se conocieran bien la Ciudad Deportiva madridista, sobre todo el japonés que hizo allí parte de la pretemporada mientras que Febas lleva ya más tiempo lejos de Valdebebas.
No sirvió de nada que Salibur sea amigo íntimo de Hazard y que sus hijos tengan intercambiados los nombres: el mayor de Salibur se llama Eden y el mayor de Hazard se llama Yannis.
Tampoco sirvió de nada tener allí a un amigo de la casa como Marco Asensio que jugó en Segunda con el Mallorca en ese campo ganándole al Castilla y que ayer compareció solo un ratito para jugar por primera vez contra el Mallorca.
Nada de todo eso sirvió, ni siquiera que debutara Luka Romero, el futbolista más joven en la historia de la Liga española, con 15 años, y con la camiseta mallorquinista que por ese motivo entra también en la historia.
Ni tan siquiera sirvió que Carvajal empujara sin posibilidad de disputar el balón a Dani Rodríguez en la jugada que precedió al primer gol del partido.
La cuestión es que se perdió por 2-0, jugando bien, y que el Celta volvió a ganar. La lucha no ha terminado, pero cada vez se pone más cuesta arriba porque nada de lo que pasa ayuda, ni sirve. Ahora, sin regresar a Palma, viaje hasta Bilbao y a intentarlo contra el Athletic en el Nuevo San Mamés. A ver si algo sirve de algo.
