Un único punto de treinta posibles. Ese es el funesto bagaje que maneja el Real Mallorca lejos de su feudo. Los bermellones volvieron ayer a alimentar al monstruo que le devora, semana sí, semana no, cuando juega lejos de Son Moix. El equipo rojillo regaló el partido ante una Real Sociedad muy superior, en una segunda parte para el olvido en la que encajó hasta tres tantos y en la que tiró por la borda todo el trabajo realizado en el primer periodo.

La vida sigue, pero todo se mantiene igual: desajustes defensivos, apatía y una tremenda falta de concentración llevaron una vez más a los de Vicente Moreno a sumar una nueva derrota a domicilio, la novena ya del curso. La Real Sociedad le pasó por encima, con un Isak que abanderó a los suyos para sacar a relucir las carencias del rival, penurias que se acentúan gravemente cuando el Mallorca cruza el charco.

Solo los deméritos de los rivales que acompañan a los bermellones en la parte baja de la tabla permite a los isleños mantenerse una semana más fuera de la zona de descenso. Con lo que hay sobre el verde es evidente que no basta y solo con Son Moix el Mallorca no va a salvar la categoría a final de curso.

La dirección deportiva está obligada a fichar, enmendar los graves errores cometidos en el mercado estival y oxigenar a un grupo dispar que es capaz de lo mejor y de lo peor en menos de siete días. El problema tiene solución, solo hay que buscar el remedio con alguna incorporación.

La fiebre evitó que Vicente Moreno calcara el mismo once que dispuso ante el Valencia el pasado fin de semana. Salva Sevilla cayó fuera de la convocatoria por segunda vez esta temporada y dejó su posición en el campo a un desorientado Aleix Febas. Pese al contratiempo, el de Massanassa mantuvo el mismo sistema, con un 4-4-2 y Cucho y Budimir en la dupla de ataque.

Ambos equipos saltaron al verde del Reale Arena con un ritmo trepidante. Las intenciones eran txuri urdin, pero las ocasiones bermellonas. Un zarpazo de Lumor obligó a Remiro a exhibirse bajo los tres palos con una parada magistral a los ocho minutos del encuentro. Poco después, en el 18, Lago remató de cabeza un lanzamiento de esquina que el guardameta del conjunto guipuzcoano atajó también sin problemas.

La Real sacó los dientes y el Mallorca se vio obligado a dar un paso atrás y replegar líneas. El asedio vasco no pilló desprevenidos a los rojillos, que lograron tomar el camino de los vestuarios sin que se moviera el luminoso. Fue al filo del descanso cuando los locales dispusieron de su mejor oportunidad a través de las botas de Isak. El sueco le ganó la espalda a Raíllo e intentó levantar el esférico por encima de Reina. Una mano salvadora del andaluz evitó el desastre.

El error debió irritar a Isak, que no tardó en enmendar su equivocación. Al Mallorca se le complicó la vida demasiado pronto. El joven delantero remató en el área una dejada de Portu a centro de Aihen tras un grave error de concentración en defensa. La Real abría la brecha y los pupilos de Moreno ya no fueron capaces de cerrar la herida (m. 46). Los locales se convirtieron en una auténtica avalancha, demasiada para un Mallorca desencajado que no se esperaba tal castigo. Isak derruía todo lo que se le ponía por delante y como era de esperar, el segundo tanto no tardó en llegar. Un disparo de Barrenetxea lo desvió Gámez para confundir a Reina. 2 a 0.

La goleada la redondeó Portu en el 81, después de que la defensa fuera incapaz de sacar un balón que se paseó durante demasiado tiempo por el área. Abdón estuvo muy cerca de maquillar el resultado, quizás de forma injusta tras lo visto sobre el verde. El mercado de fichajes cierra sus puertas el próximo viernes y el club está obligado a mover ficha.

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