A finales de la década de los noventa, Celta y Mallorca competían por la hegemonía de los modestos. Celestes y bermellones tenían grandes batallas por entrar en Europa y ser el referente de los humildes en la Liga española.
Aquel Celta de Víctor Fernández o el Mallorca de Héctor Cúper eran ejemplos de calidad y competitividad y los Karpin, Mostovoi, Revivo o Mazinho, se las tenían con los Engonga, Olaizola, Ibazaga, Roa y compañía.
Al Celta le llamaban 'La Máquina' y al Mallorca 'La Ensaimada Mecánica' quienes gustaban de poner apodos.
Pero los tiempos cambian y mucho. Tanto es así que ayer lo que se disputaban era no quedar en esta jornada en posiciones de descenso. ¡Quién te ha visto y quién te ve!
El Celta con unos jugadorazos en plantilla y el Mallorca haciendo lo que buenamente puede y que ayer logró en su octava salida de la isla su primer punto como visitante.
Budimir volvió a marcar. Raíllo se fue expulsado y al Cucho le perdonaron una segunda amarilla poco después de cometer un penalti nada más salir al campo. A Take Kubo, ni se le vio, Reina volvió a salvar los muebles y volvieron los penaltis, uno a favor y otro en contra. Pero al final, bien está lo que bien acaba.
El año natural acabará en Palma contra el Sevilla. Será otra historia. Seguro.
