Jaume Colombàs, el 'speaker' del estadio, no anunció un cambio cualquiera. Era el minuto ochenta y cinco y el Eibar apretaba, por lo que Vicente Moreno decidió mover el banquillo para defender como fuera el 2-1 en el marcador. "Sale del terreno de juego con el dorsal número dos Joan Sastre y entra, con el dorsal número cinco", dijo antes de hacer una pausa nada casual para vocalizar un nombre que ya es leyenda del club. "Xiscoooooo Camposssss", pronunció por megafonía acompañado por una atronadora ovación por las más de quince mil personas que acudieron a Son Moix.

El de Binissalem, de 37 años, volvía a jugar en Primera División tres lustros después. Ha pasado media vida desde aquel 14 de noviembre de 2004, cuando uno de los 'dioses' del mallorquinismo, Héctor Raúl Cúper, le hizo debutar en Liga en la elite. En aquella ocasión fue en un duelo ante el Atlético de Madrid, también en Palma, que finalizó en empate a uno. Con apenas veintidós años sustituyó al lesionado David Cortés en el minuto sesenta para ubicarse en el lateral derecho. Como el sábado.

En aquella ocasión compartía vestuario con Ballesteros, Arango, Pereyra o Farinós y le tocó vigilar por su banda a Antonio López y Sergi Barjuán, ambos con pasado mallorquinista, y a Fernando Torres. Y una curiosidad. En aquel duelo coincidió sobre el césped con Iván Ramis, al igual que el sábado, aunque en este caso el pobler defendía al Eibar.

"Ben tornat! 15 anys després torn a jugar a primera el mateix estadi i el meu equip. Agraïr a tots els companys que han sumat de 2B a 1 divisió. TOTS JUNTS ho hem fet possible. A seguir amb TOT!", escribió ayer el defensa en las redes sociales, un mensaje que se llenó de emotivas respuestas llenas de cariño y orgullo.

Reconocimiento

Incluso Vicente Moreno no perdió la oportunidad en la rueda de prensa de acordarse del de es Raiguer. "Siete jugadores que estaban en Segunda B han estado en el terreno de juego, incluido Xisco, por el que me alegro porque ha jugado en Primera y con su equipo. Son los que nos han traído hasta aquí", comentó visiblemente satisfecho. No es para menos.

Campos fue uno de los reclutados por el director deportivo Javi Recio en el verano de 2017 para tratar de levantar a un Mallorca traumatizado y que acababa de tocar fondo con el descenso de Segunda. El zaguero, formado en las categorías inferiores del Binissalem -llegó a jugar en Tercera- y del club bermellón -aterrizó en juveniles-, ni se lo pensó. Perdía dinero al renunciar a seguir en la Ponferradina, pero no había nada que le ilusionara más en el fútbol que volver a lucir el escudo de su vida. Tras salir del Mallorca -jugó ante el Atlético y Deportivo en Liga y Rayo en la Copa-, jamás pudo volver a pisar la Primera División. Pasó por el filial del Levante, Écija, Murcia, Castellón, Nàstic -6 temporadas- y Ponferradina, siempre entre Segunda y Segunda B. "Había un momento en el que ya había renunciado al hecho de volver a casa porque sabía que era muy difícil", reconoció en varias ocasiones. Lo que no se imaginaba es que su nombre pasaría a estar escrito con letras de oro en los libros de historia de la entidad. Porque Campos puede presumir de haber sido capitán del equipo en Segunda B, Segunda y Primera. Es uno de los héroes de los dos ascensos consecutivos. Y, como el que más, se merecía vivir un momento que será eterno en su retina.

De 2004 a 2019: Quince años entre las dos fotografías

Xisco Campos estuvo bajo las órdenes de Héctor Raúl Cúper en la campaña 2004/2005, cuando militaba en el filial y el argentino le hizo debutar en Primera, tanto en Liga como en Copa. El sábado, ante el Eibar, volvió a jugar en la máxima categoría tres lustros después.