El Real Mallorca ha desatado la locura en la temporada de su regreso al fútbol profesional. Pocos apostaban por el conjunto bermellón en el que debía ser un año de transición tras su paso por Segunda División B. El limite salarial del equipo no invitaba al optimismo, tampoco sus últimas temporadas por la división de plata del fútbol español, pero sin grandes alardes, el conjunto rojillo ha sido uno de los claros candidatos al ascenso desde que se iniciara la temporada en agosto de 2018.

El curso del conjunto bermellón se ha basado en su efectividad en Son Moix, donde ha sumado 49 de los 69 puntos logrados. Dos únicas derrotas en su feudo, ante Albacete y Málaga, empañan la inmaculada trayectoria del equipo ante su gente. Como visitantes, los pupilos de Moreno han mostrado sus flaquezas, ocupando la décimo segunda posición de la tabla y sumando solo cuatro victorias, ante Rayo Majadahonda, Reus, Las Palmas y Málaga.

El equipo ha sido más efectivo que brillante, no faltando los momentos en los que ha hecho vibrar a su afición. Las victorias más abultadas del curso las firmó ante Tenerife (4-1), Córdoba (3-0), Lugo (3-0) y Zaragoza (3-0); mientras que las derrotas más duras nunca fueron por más de dos goles de diferencia.

El Mallorca se estrenó en la categoría como un tiro, ganando en Son Moix (1-0) ante Osasuna y venciendo al Rayo Majadahonda (0-1) en el Wanda Metropolitano. Esos dos resultados le catapultaron a la segunda posición, su mejor registro durante el curso. La primera derrota llegó en la tercera jornada, ante un Alcorcón que se impuso por la mínima a los mallorquines. El paso de las semanas señalaba por dónde irían los tiros: A trompicones lejos de Palma y con buen juego y goles en Son Moix. La báscula colocaba a los de Vicente Moreno en la zona de play-off, alternando la sexta con la octava posición durante gran parte del curso.

En la jornada 17 el Mallorca sufrió un duro varapalo. Tras sufrir su segunda y última derrota en Son Moix, ante el Málaga, el conjunto rojillo tuvo que hacer frente a la expulsión de su técnico, quien no pudo dirigir al equipo ante el Sporting de Gijón y el Nàstic. Pese a su ausencia, los bermellones solventaron sendos duelos con una derrota y una victoria, respectivamente.

El segundo jarro de agua fría llegó en la jornada 32. Vicente Moreno volvió a ser expulsado y su reincidencia no pasó desapercibida para el Comité de Competición, que sancionó al entrenador de Massanassa con hasta tres encuentros: Numancia, Rayo Majadahonda y Málaga, resueltos con siete puntos de nueve posibles.

El conjunto rojillo atravesó su peor bache tras el parón navideño, momento en el que cayó hasta la novena posición. Pero el equipo llegaba preparado para el tramo final del curso, incluso llegó a soñar con el ascenso directo. Las incomprensibles derrotas ante el Córdoba, en la jornada 32, y ante el ya descendido Nàstic, en la jornada 38, condenaron sus tímidas esperanzas e imposibilitaron que luchara por el ascenso directo junto a Granada y Albacete.

El Mallorca confirmó su participación en la promoción de ascenso a Primera División a falta de una jornada para finalizar la temporada, tras empatar ante el Granada (1-1) en Son Moix. En el último partido del curso, los bermellones sellaron la quinta posición con una igualada ante un conformista Extremadura.

Su paso por los play-off es ya historia del mallorquinismo. Un año para no olvidar a las órdenes de Vicente Moreno y junto a la comunión que se ha creado entre los futbolistas del primer plantel y la afición.