Pep Lluís Martí entró satisfecho a la rueda de prensa tras la magnífica renta que había conseguido su equipo. Pero el entrenador del Deportivo no tuvo que responder a sus sensanciones tras el partido, sino a la imagen del duelo, su abrazo a Marc Pedraza, con lágrimas en los ojos, preocupado por la entrada fortuita que protagonizó con Bergantiños. "Pedraza ha demostrado durante toda su carrera su nobleza, no ha tenido intención de hacer daño y no quedaba otra que consolarle porque el chico estaba asustado", dijo.

Martí reconoció que el Mallorca "entró mejor al partido, nos crearon superioridad numérica en el centro del campo. No encontramos el momento idéoneo en el partido, luego llegó la falta de Fede y la expulsión de Pedraza y el partido se puso de cara para nosotros. Hicimos posesiones más largas y se igualó el duelo", resumió.

El técnico mallorquín considera que la eliminatoria "no está encarrilada. Es una ventaja importante, pero hemos visto la capacidad de cualquier equipo para darle la vuelta al resultado. Vamos a sufrir mucho, conozco este estadio, esta afición y la isla y debemos ir en busca de un gol".

Martí ya visualiza el partido de vuelta del domingo en Son Moix. "Espero un campo lleno, una afición volcada y un rival con mucha intensidad. Nos va a costar, pero debemos trabajar bien el partido para conseguir un resultado suficiente que nos dé el ascenso a Primera", concluyó.