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Minuto 91

Moreno destila ambición

Vicente Moreno, en el Wanda Metropolitano. Lof

La mejor lección de la primera derrota del Mallorca en su retorno a la Segunda División es el mensaje inconformista de Vicente Moreno en la sala de prensa de Alcorcón. Los buenos aficionados todavía tienen fresca en la memoria las reacciones de los sucesivos entrenadores que han pasado por Son Moix en las últimas temporadas después de las incontables derrotas encajadas. Llegó a hacerse rutinario y repetitivo el discurso, conformista, como dando por normal que no se hubiera ganado.

Vicente Moreno, afortunadamente, es totalmente diferente. Durante la pretemporada no se ha cansado de recordar el hándicap que supone para el Mallorca el límite salarial, que ha impedido al club reforzarse como hubiera querido. De alguna manera se curaba en salud por lo que pudiera pasar. Pero ha sido comenzar la competición y darse cuenta de que nadie se come a nadie. Tras ganar a Osasuna en la primera jornada no pudo ser más claro: "Si competimos podemos ganar a cualquiera de la categoría". El técnico valenciano tiene una fe ciega en sus jugadores, sabe de lo que son capaces. Por eso, tras la derrota en Alcorcón, dijo que no los había reconocido.

La verdad es que, transcurridos los días, da la impresión de que Moreno, en cierta manera, se flageló en rueda de prensa. Es verdad que el equipo jugó por debajo del nivel mostrado en las dos primeras jornadas, pero tampoco jugó tan desastrosamente mal como se quiso hacer ver. El Mallorca concedió en exceso, pero también disfrutó de ocasiones para marcar, tantas como tres, dos de ellas clarísimas. Ya hubiera firmado en las agónicas temporadas en Segunda disfrutar de tres ocasiones a domicilio. Por lo tanto, se perdió, sí, pero el equipo dio la cara.

Por el discurso del técnico da la impresión de que confía en la plantilla que han puesto en sus manos. En una categoría tan igualada, si el equipo es capaz de mantenerse alejado de la zona de descenso, tendrá la sexta plaza a tiro de forma permanente, al igual que un montón de equipos que, sin confesarlo, aspiran a meterse entre los seis mejores. Habrá que esperar unas cuantas jornadas más para ver a lo que puede aspirar el Mallorca, pero de momento pinta bien, a pesar de la derrota en Alcorcón.

También tiene buena pinta el Atlético Baleares de Mandiola. Ayer sumó su primera victoria, ante el Alcoyano, y ya suma cuatro puntos. Lo que se da por hecho es que el equipo no sufrirá como la temporada pasada. Apoyado por una afición incondicional, el conjunto blanquiazul se presenta como un grupo incómodo para cualquiera. Es pronto para saber a lo que puede aspirar el equipo, pero en estas dos primeras jornadas ha demostrado estar muy bien plantado y tener las ideas muy claras de lo que tiene que hacer.

Tras el susto que se llevó ante el ruso Khachanov, Rafel Nadal tuvo unos octavos de final del Abierto de Estados Unidos más plácidos, como se esperaba, ante el georgiano Basilashvili. Sin embargo, no fue la victoria del año pasado ante este mismo jugador en Roland Garros, cuando el mallorquín solo cedió un juego en la victoria más amplia de su carrera. Basilashvili ganó un set al número uno, obligándole a un esfuerzo suplementario. Ahora espera el austriaco Dominic Thiem, un rival siempre peligroso, pero menos cuando la superficie no es de tierra. Si gana, Nadal se asegurará acabar el año como número uno por cuarta vez en su carrera.

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