A más de un partido de la salvación. Esa es la situación en la que se encuentra el Mallorca tras los resultados acaecidos durante el fin de semana y que dejan al conjunto bermellón a cinco puntos del equipo que marca actualmente la permanencia, el Nàstic, próximo rival de los de Olaizola.

Sin duda el peor y más inverosímil de los resultados fue el del partido que enfrentó a Girona y Rayo el sábado. El conjunto catalán, segundo en la tabla, da por imposible alcanzar al Levante y mantiene un margen de seguridad amplio con el tercer clasificado, de ahí su desidia en el enfrentamiento ante el Rayo, que empezó la jornada dos puntos por encima del Mallorca y la acabó a cinco.

El otro encuentro que perjudicó seriamente a los intereses bermellones fue el que enfrentó, en el estadio Nuevo Arcángel, a Córdoba y Elche. Un tanto de Héctor Rodas dio la victoria a los locales que, antes de empezar la jornada, se situaban vigésimos en la tabla y, tras lograr los tres puntos, salían de los puestos de descenso y ascendían a la décimo sexta posición. El Elche, con 39 puntos, no se puede dormir. Además, ayer por la mañana, Nàstic y Almería se vieron las caras en un duelo por la permanencia. La victoría del conjunto andaluz, que se encontraba a un solo punto del Mallorca, deja a los de Olaizola apartados en la tabla, como si en otra liga ya jugaran. Lo bueno del resultado fue la derrota de los catalanes que, con 36 puntos, no pueden relajarse. Sin duda, una victoria del Nàstic habría sido nefasta para los intereses mallorquinistas que necesitan cuantos más equipos mejor en la lucha por la permanencia. El líder de la clasificación, el Levante, se enfrentaba ante el colista del grupo, el Mirandés. El conjunto de López Muñiz sufrió para derrotar al equipo burgalés, pero logró una victoria (2-1) que libró al Mallorca de convertirse en el farolillo rojo de la tabla.