Diez jornadas de treinta y dos sin ver portería. El de Alcorcón fue solo uno más. Con estas estadísticas no resulta complicado situar al Real Mallorca en la parte baja de la tabla de la Segunda División.

No anotar conlleva, a lo sumo, conseguir un punto en la clasificación. En esos diez encuentros, en los que los pupilos de Olaizola no han perforado la portería rival, han rescatado tan solo cuatro empates. Si la defensa no es el punto fuerte del conjunto mallorquinista, está claro que la delantera tampoco es su aspecto más álgido.

El Mallorca inauguró la competición perdiendo 0 a 1 ante un recién ascendido, el Reus. Lo hizo en Son Moix. Ese partido solo fue el esbozo de lo que seguiría a lo largo de la temporada. En la tercera jornada, en la cuarta, en la sexta, en la séptima? Así hasta diez enfrentamientos.

Es cierto que a los bermellones les ha acompañado poco la suerte de cara a portería. Sin ir más lejos, en Alcorcón, Lekic mandó a las nubes un centro de Salomao que era más fácil anotar que desviarlo de la portería local. Lo único que evidenciaron las internadas por la banda derecha del futbolista luso, en el municipal de Santo Domingo, fue la ausencia de un delantero resolutivo en la zaga bermellona.

Solo Huesca, Reus, Nàstic y Rayo no cuentan en sus filas con un jugador que haya anotado más goles que Brandon en lo que va de temporada. El viernes, en Alcorcón, el ariete alfarero David Rodríguez era la máxima preocupación de Olaizola antes del partido. "Esperemos que tenga una tarde mala", comentó el vasco en la previa del encuentro. Y la tuvo, pero ahí estuvo Owona para solucionar el entramado.

Brandon, con ocho tantos, es el máximo goleador del conjunto bermellón. El de Cala d'Or lleva diecisiete jornadas sin ver portería, fue en el empate a dos ante el Sevilla Atlético. A Brandon le sigue Lekic, con cinco goles.

El trabajo en las oficinas de Son Moix durante el mercado de verano e invierno no fue el correcto. Ni Fernando Vázquez ni Javier Olaizola fueron capaces de ver las carencias ofensivas de su equipo, y si las vieron y las transmitieron, el músculo económico del club bermellón no ofreció alternativas plausibles.

Otro dato a tener en cuenta es la incapacidad del Mallorca para defender resultados abultados. En siete de las treinta y dos jornadas, el conjunto bermellón ha anotado dos o más goles a sus rivales. Pero en tres de esos encuentros empató el partido. Lo hizo ante el Nàstic (2-2) en la jornada doce, lo volvió a hacer en la trece ante el Zaragoza e igualó también ante el Sevilla Atlético en Son Moix. Si en los pocos partidos en los que se anotan dos o más tantos, la defensa no hace su trabajo, se acumulan los problemas.

A falta de diez jornadas para finalizar el campeonato, el Mallorca debería ganar al menos seis encuentros. Para ello no se puede dar continuidad a esta nefasta dinámica.