Paco Llabrés y Amalia Caldentey custodian con mucho celo dos tesoros de incalculable valor para conocer los orígenes del Alfonso XIII, embrión del actual Real Mallorca. ´Año y medio de vida sportiva, escrito por el fundador Adolfo Vázquez Humasqué en 1917 bajo el seudónimo Trilobites; y ´Historia de la institución decana del fútbol mallorquín (1916-1944)´ obra del exjugador de los Alfonsinos y exdirectivo Gabriel Font Martorell.
Llabrés, presidente de la Hermandad de Alfonsinos, recorre la sede que tiene la asociación en Son Moix enseñando con orgullo los libros originales que registraban los nombres de los socios del Alfonso XIII, una placa rescatada del Lluís Sitjar en homenaje a un caído en la guerra del Rif en 1924, o la copia del acta fundacional del club, que deja bien clara que nació el 5 de marzo de 1916 y no el 26 de febrero como sostienen algunas teorías.
En el capítulo ´Dignidad y disciplina´ escribió Vázquez Humasqué sobre algunos de los vicios que un siglo después conservan los futbolistas: "Se hallaba el foot-ball mallorquín en un estado lamentable. Todo jugador de alguna valía, se consideraba en el caso de hacerse rogar; le estaba permitido tener caprichos y cambiar de club, con tanta facilidad como de camisa; item más; el soborno para el pase de un club a otro, era cosa corriente". El libro da cuenta de todos los obstáculos que el ingeniero tuvo que vencer para fundar lo que hoy es el Mallorca.
Amalia enseña orgullosa la ficha federativa de su padre fechada en 1922, Miquel Caldentey, futbolista del Alfonso XIII que cuando colgó las botas escribió crónicas del Mallorca para ´La Almudaina´ (embrión de DIARIO de MALLORCA) bajo el seudónimo de Calet.
Llabrés y Caldentey recuerdan hasta cuatro cambios de sede de los Alfonsinos. Ellos se encargan de velar por la conservación de un tesoro que reparten entre Son Moix y su domicilio particular.
Placa rescatada del Lluís Sitjar. J. B.
El presidente de la Hermandad recuerda que originalmente los colores del equipo fundado por Vázquez eran el rojo y el azul. Sin embargo, la Federación les obligó a cambiar el azul por el negro debido a que coincidía con los colores de la selección española.
