La llegada de Fernando Vázquez al Mallorca ha sido como un sedante para dirigentes y jugadores. Solo ha conseguido una victoria, la quinta de la temporada, en su estreno en el banquillo de Son Moix. Pero, triunfo al margen, que no es poco, su saber estar en un momento de máximas turbulencias está resultando beneficioso para todos, empezando por los futbolistas, los únicos protagonistas de este invento. Con 61 años a cuestas, aunque no los aparente, el técnico de Castrofeito habla con la seguridad del que lo tiene todo bien controlado. A quince minutos del final del partido ante el Alcorcón, y con un inquietante empate sin goles que metía al equipo más en el fango de lo que está, ni se inmutó. Solo al final, y cuando el equipo ya acariciaba la victoria, se le notó inquieto y temeroso de que su debut no comenzara bien. Molango, a quien se le ha de reconocer que ha reaccionado a tiempo, se ha entregado a este trotamundo de los banquillos para que todo vuelva a su sitio. Los resultados han podido con el bueno de Gálvez, de quien siempre quedará la duda de qué hubiera podido hacer con un hombre gol. Queda su propuesta de fútbol atractivo.
Está claro que trabajar desde una victoria ayuda, y más cuando estas escasean. Pero Vázquez no debe llevarse a engaño. La plantilla que han puesto a sus órdenes es muy limitada. Es verdad que el 90 por ciento del actual grupo es el que debe sacar las castañas del fuego, pero no despreciemos lo que pueda venir. No se puede fallar en la contratación de un goleador imprescindible. Acuña y, sobre todo Coro, están gastando todas las balas, y no hay nadie que marque un gol como no sea de penalti. Por eso, ahora más que nunca no se puede fallar. Va en ello algo más que la permanencia.
Del palco a la grada. Sabia decisión de Maheta Molango de abandonar el palco y presenciar el partido desde la grada, como un aficionado más. Gritó, aplaudió y celebró el gol de manera suelta, sin provocar la ira del directivo rival, como sucedió en su debut ante el Valladolid. Ausente Claassen, el vicepresidente Galmés ejerció de máxima representación de la entidad. Y todo transcurrió con absoluta normalidad. Como debe ser.
El final de Villar. Angel María Villar, sempiterno presidente de la Federación Española, puede estar viviendo sus últimas semanas al frente del fútbol español. El CSD le puede abrir hoy un expediente de inhabilitación con las graves acusaciones de administración desleal, malversación de fondos y perjuicios a terceros. Resulta que Villar -28 años en el cargo le contemplan, y si Cardenal no lo impide se presenta para otros cuatro años más- concedió préstamos al Recreativo de Huelva para saldar sus deudas, entre otros al ex del Mallorca José Luis Oltra, lo que está totalmente prohibido. Hace tiempo que el CSD le busca las cosquillas a Villar, que ha convertido la Federación en su cortijo particular. Ya es hora de que alguien tome el relevo.
El adiós de Nadal y las apuestas. Ha sido un duro golpe para el campeón de catorce grandes. Su precipitado e inesperado adiós del Abierto de Australia a las primeras de cambio, ante un Verdasco que se vacía ante el mallorquín y se derrumba a la siguiente ronda ante un rival inferior, llena de dudas su futuro más inmediato, cuando parecía haber remontado el vuelo. Derrotas de esta guisa no hacen más que dar la razón a los más escépticos sobre su regreso entre los mejores. Por cierto, tiene toda la razón Nadal cuando reclama a la BBC que dé nombres y apellidos de los jugadores que supuestamente han amañado partidos. A esto se le llama lanzar la piedra y esconder la mano.
