Era el verano de 1999 y la secretaría técnica del Mallorca estudiaba a quién fichar para cerrar la herida de la marcha de Héctor Cúper, el hombre que en solo dos años había hecho que el club se afincara en la elite. Fue el propio entrenador argentino quien propuso a su sucesor: Timoteo Griguol, su maestro. Pero no hubo acuerdo económico y el idolatrado Cúper aconsejó a su pupilo, Mario Gómez, su sucesor en Lanús. Así las cosas, el dueño Antonio Asensio viajó con Mateu Alemany y el secretario técnico Pep Bonet a Buenos Aires para cerrar el fichaje del argentino.

Roberto Carlos Mario Gómez aterrizó en julio para dirigir al Mallorca, que en agosto jugaba la previa de la Champions League tras haber sido tercero en la Liga en una campaña en la que, además, había jugado la final de la Recopa (perdió por 2-1 ante el Lazio). Con un equipo de nivel y jugadores de entidad, las expectativas eran grandes para quien llegaba avalado por Cúper.

A nivel deportivo la ilusión se tornó en decepción en solo cuatro partidos: un empate en Noruega ante el Molde (0-0), una derrota con el Madrid en la primera jornada de Liga (1-2, tras ir 1-0 en el minuto 87), la eliminación ante el Molde (1-1) en Son Moix y otra derrota, cuatro días después, en la visita al Rayo (2-1, tras adelantarse 0-1). Su elevado espíritu defensivo le había condenado al fracaso.

La tragedia se tornó en caos cuando la Federación Española comunicó al Mallorca que Mario Gómez no cumplía con los requisitos para entrenar en España. Se exigía un mínimo de tres años en un banquillo de Primera División y la documentación aportada por el argentino era insuficiente. Su experiencia en Ferrocarril Oeste y Lanús no alcanzaba ni los dos años. El Mallorca pidió una suspensión cautelar y anunció que iba a recurrir, pero...

Los resultados y, sobre todo, el juego del equipo en esos cuatro partidos oficiales no habían convencido a la directiva, que vio en su inhabilitación una salida cómoda para restañar el fracaso de su elección. "Si las alegaciones no son atendidas, no quedará otra solución que contratar a otro técnico", explicó Joan Buades, asesor jurídico del club, sin conocer aún la respuesta al recurso.

Días después, Mario Gómez dejaba de ser el técnico rojillo. Dirigió su primer partido el 11 de agosto de 1999 y el último, el día 29 de ese mismo. De él se recordarán sus cambios defensivos y sus declaraciones tras ser eliminados por el Molde: "Somos muy pelotudos (?). Fuimos más que tontos (?). Todos somos bolados: yo, los jugadores, todos". El preparador argentino ha recorrido medio mundo de banquillo en banquillo. En la actualidad es el entrenador del Johor Darul Takzim de Malasia.

El Mallorca sondeó a varios entrenadores -entre ellos Radomir Antic, Javier Clemente o Rafa Benítez- y finalmente se decidió por el gallego Fernando Vázquez, que dirigió al equipo en una temporada en la que brilló en la Copa de la UEFA, aunque no acabó de convencer en la Liga.